La Compañía de Santa Bárbara (I).

Día 3 de Julio de 1809 (1ª parte)

Extracto del "Diario de Gerona".

Santoral: articulo relativo al parlamentario del día anterior, con la carta de éste y la contestación del general Alvarez: noticias del sitio: noticias de Granada del 24 de mayo, de Villafranca del 24 de Abril, de Mérida del 27 y de Manresa del 11 de junio.

He aquí el artículo inspirado en el parlamentario del día anterior.

"Gracias á Dios que Saint-Cyr viene á tentar nuestros alientos. Aparejese S.E. á sufrir la misma repulsa que dio Gerona á sus compinches Duhesme y Lecchi. A bien que este Sr. usa otro tono: aquellos Monsiures llevaban con paciencia el abocarse con nuestros Diputados: pero este orgulloso conde imperial y real nombra uno de sus lazarillos, y pretende que nuestro General que vale un tantico mas que S.E. y toda su alcurnia, ó uno de nuestros Gefes vaya á verle la cara. ¿Y para qué? para desaogarse con S.E. en las circunstancias en que se halla: pues sepa el General Saint-Cyr que Gerona desprecia su insolente y ridícula intimación con el mismo desuello que sus bombas y balas; sepa que estaria mejor en nosotros hablarle de rendicion, que en él por lo que vé, y luego se verá; y sepa tambien que sabemos en Gerona el cumplimiento que tienen sus tratados y envites.

"Pero me escarva la conciencia un escrupulillo. Acaso es mas miedo que confianza la priesa que se da Saint-Cyr en atemorizarnos con palabrotas agabachadas. Bien conoce él que la plaza por lo que ha hecho, y puede hacer aun es bastante á rebatir los efectos de su cólera: teme que le cubra de ignominia como á Duhesme y Lecchi, el levantamiento del sitio; teme la ira de su amo, que descargará sobre su cuello el cuchillo que cortó la vida al desventurado Dupont; y teme en fin que esta pequeña Ciudad va á acabar con su vida, y con el nombre, que sus servicios antiguos le han ganado. Esto es lo que sacará del sitio inhumano con que hostiga á Gerona; sitio en el que se ha apurado la malicia Napoleónica, y han dado tormento los franceses á sus sentidos para jugar sus bombas por todos los medios de hacer mal á sus habitantes. El odio de estos ha crecido al mismo paso que su resignacion para tolerar lo mas duro que la suerte puede ofrecer, antes que escuchar ninguna especie de acomodamiento. No conocen otro lenguaje que el de la pólvora y las balas.

"No, el Sr. Saint-Cyr ni su comisionado el Baron de la Planta no conocen todavia el espíritu Gerundense: el prisionero portador de su papelon es recibido, y acompañado por una multitud de gentes hasta la casa del Comandante General: ¿y se creería acaso para manifestarle la necesidad de prestar homenage al que 19 días ha nos agovia con un bombardeo tan desmentido? ¡Qué error! Como quien hace chacota del convite, espera á la puerta su resultado.

"El Señor D. Mariano Alvarez que conoce á su pueblo mejor que los Condes, y Barones del Imperio, piensa en contentar el paysanage antes que contestar á la ridícula intimación. ¿Y de qué manera piensa el Baron de la Planta? Tiene la oportuna ocurrencia de mandar fijar en la puerta el grande impreso que se publicó en la ciudad antes de llegar á ella los enemigos, el qual concluye así: qualquiera persona de qualquiera clase ó condición que sea, á quien se oyga la palabra capitulación, ó cosa equivalente, será inmediatamente pasado por las armas. Los paysanos se alampan al papel, leen sus últimas espresiones, inmediatamente prorrumpen en gritos de aclamación, y se retiran á sus destinos llenando de bendiciones á su valiente Gobernador. Este solo quadro basta para desengañar al orgulloso sitiador y persuadirse de lo que puede esperar de un pueblo entusiasmado".

El general Saint-Cyr al leer pocos días después éste artículo, se incomodó sobre manera, calificando de ignorancia y fanatismo, el amor á la patria que sentían los habirantes y la guarnición de Gerona. Reponiéndose empero al cabo de un rato, y siguiendo la conversación sobre las disposiciones que manifestaban los defensores de esta Ciudad dijo: estos señores blasonan de valientes; ya lo veremos.

Sucesos del sitio.

Parte de Don Pedro Juan Morell, capitán del segundo de Barcelona y jefe de la guerrilla durante la noche del 2 al 3 de julio.

"Doy parte á V.S. que los enemigos han tirado esta noche quatro coetes, pero no he observado movimiento ninguno de tropa.

"Al ser de día hemos tenido un rato de fuego, causando al enemigo la pérdida de un muerto y dos heridos de infanteria y un herido de caballeria; por nuestra parte solo hemos tenido un caballo levemente herido.

"Todos han cumplido con su deber.

"Dios guarde la importante vida de V.S. muchos años. Gerona 3 de julio de 1809.-- Pedro Juan Morell.-- Sr. D. Mariano Alvarez".

El enemigo trabajó con actividad desusada logrando concluir su nueva batería, á qué había bautizado con el pomposo título de Batería Imperial. Tenia gran confianza en ella creyendo que amedrentaría á los defensores del castillo, hasta hacerles abandonar la fortaleza. Lo que mas le ilusionaba era la idea de casi empezarla y construirla en una noche. Para ello á fuerza de días y trabajo logró Verdier reunir 80.000 sacos llenos de tierra, que había ido amontonando en la cañada al norte de la torre de San Luis. Las lluvias de los dos días anteriores malograron mucho tan extraordinario acopio, convirtiendo en barro la tierra en los sacos recojida. Esta batería, que era la señalada con el número 10 en el proyecto de sitio formado por los generales franceses, debía ocupar todo el ancho de la meseta en el espacio opuesto al frente de ataque del castillo de Montjuich, conteniendo veinte piezas, de las que 12 era cañones de á 24 y 8 de á 16, establecidas para combatirlo directamente y abrir la cara derecha del baluarte en que se pensaba practicar la brecha.

Debía tener 120 metros de extensión, 6 de espesor y 2,30 de altura, apoyándose en la torre de San Luis, convertida así en una especie de reducto de seguridad y abrigo, contra las primeras salidas que pudieran intentar los sitiados.

Belmas en su Diario del sitio, reseña la construcción de tan importante obra de ataque, en la siguiente forma:-- "Preparados así todos los materiales, se principió la construcción de aquellas batería á las nueve de la noche, empleándose en ella 2.000 hombres. Cada uno de los montones de quinientos sacos y cada una de las cinco partes correspondientes de la batería fueron rodeados de una línea de vigilantes, dentro de la qual se colocó á los trabajadores que no saldrían de ella bajo ningún pretexto. Dos oficiales de ingenieros había para cada porción de la obra que iba á vigilar el comandante Fleury, jefe del ataque, secundado por otros dos oficiales en calidad de mayores. El comandante Lasseron y ocho oficiales del arma estaban encargados de la costrucción del espaldón.

"Los obreros iban á buscar los sacos al montón y los llevaban á la parte de batería correspondiente, donde se los recibían los artilleros que levantaban el parapeto como si fuese con adoquines ó pequeños sillares. La noche era muy obscura, y la lluvia que no cesaba un momento, ponía el terreno resbaladizo, sobre todo en las pendientes, y aumentaba el peso de los sacos á tierra. Cada hombre llevaba hasta tres sacos á la vez. A la una de la mañana disminuyó la actividad de los trabajadores, y se les anunció que se doblaría la suma que se les había prometido. A las tres y media, habiendo el exceso de la fatiga producido un nuevo período de desfallecimiento se les hizo saber que no por asomar el día se interrumpiría el trabajo, y que no se les dejaría marchar hasta que se acabase enteramente. Se les recordó al mismo tiempo que se hallaban al alcance de la metralla del fuerte, con lo que se les hacía sentir el peligro á que les exponía su pereza. Los trabajadores redoblaron entonces su actividad, y á las cinco de la mañana, despues de ocho horas de trabajo, la batería no solo estaba terminada, sinó hasta armada de veinte piezas de artillería, y abundantemente provista de proyectiles y de pólvora".

El enemigo amparó esta obra con un fuego vivísimo contra Montjuich desde el anochecer, y como no se podía comprender bien el objeto del mismo y constituía una novedad, se redobló la vigilancia para evitar cualquier golpe de mano.

En el castillo de Montjuich se trabajó en reparar las defensas arruinadas por las baterías del enemigo, al mismo tiempo que se hizo mucho fuego de mortero y obus á la pared de piedra en seco, donde se oia trabajar con mucha actividad en la construcción, que queda esplicada de la gran batería.

Al amanecer apareció reparada la espresada pared y asomó la bateria imperial, que fue examinada enseguida con la mayor detención por los jefes de la guarnición del castillo. Desde el frente atacado tenia la figura de un arco de círculo visto por su concavidad y distaba unas cuatrocientas varas solamente de la izquierda del recinto del norte de Montjuich. Descubría el muro desde la altura de la contra escarpa hasta el cordón. Las últimas troneras mas hacia Pedret no estaban del todo perfeccionadas, observándose que trabajaban activamente en concluirlas durante la primera luz del crepúsculo.

A las cinco de la mañana subieron á dicha bateria 2.000 hombres que se formaron en línea detrás del parapeto de piedra, y á una señal hicieron todos una descarga general ellos y las piezas de la bateria, á manera de salva. Prorrumpieron en seguida en grandes vivas al Emperador, con muchos gritos y algazara. Retirada la tropa siguió la bateria atacando á Montjuich con 17 piezas, haciendo lo propio las demás baterias de que se han dado cuenta en los días anteriores, incluso la de morteros de casa Roca, de todo lo que resultó un fuego extraordinariio é imponente, quedando bien pronto apagados los fuegos del castillo del frente atacado.

Una bala de cañón derribó la bandera colocada en el baluarte batido, cayendo hacia el foso y quedando sepultada entre las ruinas del muro que formaban ya una rampa practicable. Don Mariano Montorró (1), subteniente del primer tercio de voluntarios ó migueletes de Vich, pidió permiso al Gobernador del castillo para bajar á recoger aquella enseña y concedido que le fue, bajó por la misma rampa, la cijió levantándola al aire desplegada como para enseñarla al enemigo, subió por el mismo sitio y la colocó nuevamente sobre el baluarte. Envidioso el enemigo de una accion tan heróica, quiso ahogarla con una inmensa lluvia de balas de cañón y de fusil que cubrieron de escombros á tan bravo oficial en su difícil movimiento de subir y bajar por un monton deleznable de ruinas. El general Alvarez enterado del suceso, le confirió al día siguiente el grado de teniente.

Luego que los baluartes del Gobernador, Santa Cruz y Santa Clara descubrieron la batería Imperial dirijieron á ella, y continuaron verificándolo durante el resto del día, con mucho acierto, bombas, granadas y balarrasa, cuyos fuegos verticales les causaron mucho daño por ser el terreno todo peñascoso. Iguales fuegos hicieron los fuertes de la montaña y los demás puntos del Castillo que no habían tenido que retirar sus piezas.

A pesar de ello en todo el día consiguió el enemigo demoler el revestimiento exterior del parapeto y rebajar el muro dos pies desde su cordón abajo, y arruinó una porción del flanco de la derecha en el baluarte al principio indicado. Con las demás baterias que batían todo el frente de levante del castillo, tiraron á desmontar la artilleria del baluarte de la derecha para imposibilitar la defensa de la brecha que se iba abriendo.

Poco después de haber la bateria Imperial roto el fuego, los comandantes de artilleria é ingenieros de la plaza, subieron al castillo para reconocer sus efectos y habiendo considerado sus rápidos progresos y que en todo el día quedaría desmontada la artillería del baluarte batido, así como destruídas ó inutilizadas sus troneras y al día siguiente arrasados sus merlones y parapetos; acordaron que se retirasen todas las piezas á la gola y que se abriese una cortadura en el terraplen para la defensa de la brecha que empezaba á formarse; para cuya obra dieron las medidas é instrucciones necesarias al teniente D. José de Ortega, ingeniero voluntario, y comandante de esta arma en el castillo.

El bombardeo contra la plaza causó algunas desgracias personales y arruinó varias casas. En Montjuich hubo muchos muertos y heridos. En la plaza se concluyeron las obras empezadas y se construyó una esplanada de mortero en el baluarte de San Pedro. En dicho castillo se llenaron de tierra muchos sacos y se dispusieron otros materiales para los trabajos de la noche.

Se observó que el enemigo trabajaba en el derrame de la montaña de Roca, porla parte del río, más abajo del retrincheramiento y á su derecha de la bateria de morteros contra la plaza, colocada á la espalda de la montaña ó altura más baja. Se creyó desde luego que construía una batería contra los baluartes y caserío de la plaza, por lo que estos y la torre de San Juan hicieron mucho fuego contra este nuevo trabajo.

Oficio del General Alvarez al Capitan General.

"Excmo. Sr.: Como insinué á V.E. en oficio de 25 del anterior, rompió el enemigo su fuego contra Monjuí (sic), al amanecer del día 27 con nueve piezas de á 24, y lo ha continuado con intermisiones todos los días, de cuyas resultas, y del bombardeo del mismo Castillo, que ha seguido algun tiempo, se han causado en aquel daños considerables, particularmente en el ángulo derecho del Baluarte, en que se abrió la brecha en el sitio anterior. Al amanecer de hoy se ha presentado á la vista otra formidable Batería de veinte troneras en las que hay ya 17 piezas colocadas en el declivio del monte á la izquierda de la torre de San Luis, á distancia de medio tiro de fusil del mencionado fuerte, cuya Batería hace un fuego incesante contra el Baluarte de la Bandera, la cortina contigua y el Rebellín que la cubre.

"En vista de esta novedad acabo de disponer que suban al momento á Monjuí los Comandantes de Artilleria y de Ingenieros, á reconocer la obra enemiga y el estrago que hace en la fortaleza, para poder en su vista adoptar el mejor plan de defensa.

"Ayer se presentó á las inmediaciones de esta Plaza un trompeta enemigo con un paisano hecho prisionero cerca la villa de Caldas, y quedando á fuera el primero entró el último, con la carta de que es copia la adjunta, á la que arreglado á las prevenciones de V.E., dí la respuesta que observará V.E. á su continuación. En los ataques de Monjuí y las Torres han muerto y quedado heridos muchos artilleros, por lo que escasean sobre manera los indispensables sirvientes de esta clase. Yo seguiré constante en la determinación que tengo comunicada á V.E. de quien espero por momentos los auxilios pedidos, y que para el caso en que me veo se ha dignado V.E. repetidamente afianzarme.

"Dios guarde á V.E. muchos años. Gerona 3 de Julio de 1809.-- Mariano Alvarez.-- Excmo. Sr. Marqués de Coupigni".

Oficio de la Junta de Gerona al Capitan General.

""Excmo. Sr.: Esta mañana, ha comparecido á la parte de Poniente de la montaña de Montjuich otra nueva batería enemiga, no menos que de veinte troneras, montada de artilleria de grueso calibre, á cosa de medio tiro de fusil, contra el castillo llamado también de Montjuich, de modo que con las tres de antes formadas, se cruzan los fuegos, y en particular la última le está haciendo horrorosísimo, vivísimo é incesante, sin parar cuasi un momento. Es temible abra brecha en pocas horas en el expresado Castillo, que si por desgracia cae en manos de los enemigos, será poco menos que imposible sostenerse la Ciudad.

"Esta Junta ateniéndose á su instituto de observacion y reconociendo la importancia de esta Plaza que es la llave del Principado y aun de todo el Reyno, ha representado quasi de continuo los apuros y peligros que estaba previendo, atendido lo limitado de la Guarnicion y demas circunstancias. Al paso que sucesivamente se han agravado, ha dado parte de todo á V.E. Está ya la cosa en tal extremo, que de hoy á mañana puede ser irreparable, y así es que no pueden perderse instantes para proporcionar el remedio, á fin de que llegue á tiempo y oportunidad, y con estas tan sólidas reflexiones, renueva á V.E. sus anteriores súplicas, para que luego, luego, vengan todas las tropas, que según notícias estan en movimiento y muchas en posiciones cercanas, al socorro de esta importante Plaza, para libertarla del inminente peligro en que se halla.

"Está firmemente persuadida esta Junta de haber hecho de su parte quanto podía para la defensa, y no omitirá medios para llevarla hasta el término más glorioso. Lo propio han hecho y han todos estos fieles vecinos, añadiendo al valor y constancia con que acuden á las murallas y baluartes, los más generosos sacrificios pecuniarios, en medio del derribo de sus casas y de las mas imponderables pérdidas y aflixiones, y si hubiese la desgracia de haber de ceder á fuerza superior, ó sepultarse en las ruinas; para no dexar descurecida su lealtad y gloria, se vería en la sensible precisión de elevar á S. Magestad la Suprema Junta Central, quanto tiene hecho, obrado y representado, para que quede un testimonio perpetuo á la posteridad, de su heroico valor y patriotismo.

"Dios guarde á V.E. muchos años. Gerona 3 de Julio de 1809.-- Excmo. Sr. Marques de Coupigni.

"P.D. Desde las once de la mañana en que ha salido el primer parte de este día, continuan los enemigos el mismo horrorosísimo, vivísimo é incesante fuego de su nueva batería, de suerte que no puede pararse en los ángulos del Castillo de Montjuich en que dan los tiros, y van desmoronándose".

Oficio de la Junta de Gerona al General Quadrado.

"Por la copia que acompaña esta Junta á V.S. de la representacion que dirige con esta fecha al Excmo. Sr. Marqués de Coupigni, quedará enterado de haber parecido esta mañana otra Bateria enemiga á la parte de poniente contra el Castillo de Montjuich, no menos que de veinte troneras montada de artilleria de grueso calibre, los fuegos de la qual se cruzan con los de las formadas antes y especialmente la última hace un fuego horrorosísimo, vivísimo é incesante sin parar quasi un momento, es temible abra brecha en el expresado Castillo en pocas horas; y si cae en manos de los enemigos será poco menos que imposible sostenerse la Plaza.

"La cosa está en un extremado apuro, y es preciso vengan los socorros ganando momentos para que lleguen á tiempo y oportunidad. Esta misma Junta ansiosa de conservar la gloria adquirida y de evitar toda responsabilidad, pone todo lo referido en notícia de V.S., esperando activará la venida de las tropas sin perder instante, á fin de que quede libre esta importante Plaza del inminente peligro en que se halla, pues su pérdida seria un daño irreparable para el Principado, y aun para todo el Reyno.

"Dios guarde á V.S. muchos años. Gerona 3 de Junio de 1809.-- Sr. D. Pedro Quadrado".

En términos quasi iguales ofició también la Junta á D. Pedro de Nouvilas.

Emilio Grahit y Papéll


Notes

(1) - No Montoro, como se ha impreso en casi todas las obras.
Tornar al text


Bibliografia.

Extret de "Reseña histórica de los Sitios de Gerona en 1808 y 1809". Emilio Grahit y Papéll, Imprenta y libreria de Paciano Torres, Gerona. 1894.




Mariscal de Camp en uniforme de gala. Dibuix de Fèlix Xunclà, basat en "Uniformes Militares españoles. El Ejército y la Armada em 1808", de José Maria Bueno, 1982.



Brigadier en uniforme de gala. Dibuix de Fèlix Xunclà, basat en "Uniformes Militares españoles. El Ejército y la Armada em 1808", de José Maria Bueno, 1982.



Mariscal de Camp en uniforme de mitja gala per a passeig. Dibuix de Fèlix Xunclà, basat en "Uniformes Militares españoles. El Ejército y la Armada em 1808", de José Maria Bueno, 1982.



Brigadier en uniforme de diari i mitja gala. Dibuix de Fèlix Xunclà, basat en "Uniformes Militares españoles. El Ejército y la Armada em 1808", de José Maria Bueno, 1982.



Tinent General en uniforme de diari per a muntar. Dibuix de Fèlix Xunclà, basat en "Uniformes Militares españoles. El Ejército y la Armada em 1808", de José Maria Bueno, 1982.



Ajudant de Camp. Dibuix de Fèlix Xunclà, basat en "Uniformes Militares españoles. El Ejército y la Armada em 1808", de José Maria Bueno, 1982.



Brigadier d'Enginyers. Dibuix de Fèlix Xunclà, basat en "Uniformes Militares españoles. El Ejército y la Armada em 1808", de José Maria Bueno, 1982.



Tinent General amb uniforme d'Infanteria. Dibuix de Fèlix Xunclà, basat en "Uniformes Militares españoles. El Ejército y la Armada em 1808", de José Maria Bueno, 1982.


Back-Index-Next