Sitio de Rosas (VIII).

Día 14 de Noviembre de 1808.

Se observó que el enemigo seguía trabajando en el camino cubierto al pié del monte, junto al manso Turró. El trabajo indicaba que allí quería colocar una batería. En la casa de Massot entraron cuatro carros cubiertos.

Por la mañana entraron dos soldados desertores del enemigo. Este en sus movimientos se acercó bastante a la plaza, de modo que pudo jugar bien la metralla que se puso en fuga.

Los sitiados tuvieron dos heridos.

Sucesos de Gerona

Para aumentar las fuerzas de la guarnición de Gerona, se hizo por la Junta, en este día 14, un reparto entre los pueblos del corregimiento de la capital para que presentaran 1.220 migueletes. Expidió además la Junta una circular para que las justicias de los mismos pueblos, dentro del término de ocho días presentasen los migueletes que faltaban del primer cupo, y los que les correspondían del espresado de 1.220 hombres.

Día 15 de Noviembre de 1808.

A las tres de la mañana el enemigo rompió el fuego contra las avanzadas de la villa y bocas calles, introduciéndose con el mayor arrojo dentro de algunas casas, cometiendo los atentados consiguientes, matando una mujer y llevándose otra, con su marido y un niño. Hubo empero de retirarse sin pasar más adelante. Este ataque produjo la consiguiente alarma en la plaza.

Prosiguió una columna enemiga hacia Puigrom, de donde desalojó á las dos compañías de migueletes del tercio de Igualada que la ocupaban, las que se bajaron al amparo del fuerte de la Trinidad.

A las ocho atacó el enemigo este fuerte, siendo vigorosamente rechazados por su guarnición de 50 hombres, mitad españoles y mitad ingleses, al mando del capitán de Ultonia D. Latino Fitz-gerald gobernador interino del fuerte. Repitió el enemigo el ataque con gente nueva y mas viveza pero fue igualmente rechazado. Durante estos ataques la artillería de la plaza y de los buques ingleses hicieron un vivísimo fuego de bombas y granadas al enemigo.

Viendo que éste aparanteba atacar por tercera vez el fuerte, se dobló su guarnición con igual número de tropa española é inglesa. A las tres de la tarde se subió á fuerzas de brazos, desde el desembarcadero, un mortero al propio fuerte, para despejar las alturas inmediatas al mismo. En esta maniobra trabajaron con pericia y actividad el comandante de artillería D. Carlos Espinosa y su segundo, interesándose mucho en ella el comodoro inglés, que prestó los auxilios necesarios para su mas pronta ejecución. Se introdujeron tambien en el fuerte todos los auxilios de municiones y demas pertrechos y provisiones para su mejor defensa.

A las cinco de la tarde D. Juan Clarós, apenas curado de su herida pidió al gobernador de la plaza una compañía de migueletes del tercio de Igualada, que formaban parte de su guarnición, para unirla á su gente y atacar al enemigo. Habiéndose accedido á su petición, dirigió Clarós parte de su tropa por el camino del fuerte de la Trinidad y del monte de las Aguilas para distraer al enemigo. La partida que iba por el camino no pudo adelantar y quedó haciendo fuego detrás de un parapeto á la orilla del mar. La segunda llegó hasta la mitad de la montaña y al anochecer se retiró. Los fuegos de la plaza y de los buques acompañaron esta acción.

Los sitiados tuvieron diez heridos.

Al siguiente día el gobernador del fuerte de la Trinidad dió parte de los referidos ataques que había sufrido, en estos términos:

"A las ocho de la mañana de ayer se presentaron los enemigos encima del monte que domina este castillo y despues de haber hecho su reconocimiento, empezaron á bajar haciendo un vivo fuego, al que correspondimos con igual viveza; pero apesar de todo se arrojaron sobre el castillo hasta llegar á dar golpes al primer rastrillo; mas la fusilería y granadas de mano que arrojamos sobre ellos, les hizo volver luego la espalda y tomar otra vez el monte, dejando el campo sembrado de cadáveres y heridos. Como á cosa de media hora se volvieron á replegar encima del monte y no satisfechos del recibimiento que les hicimos, nos volvieron á atacar por segunda vez; pero esta fue un poco más fuerte que el primero, pues llegaron á romper el primer rastrillo y al segundo le dieron algunos golpes pero el valor é intrepidéz con que se portaron nuestros valerosos soldados arrojándoles por todas partes granadas de mano, fusilería y tiros de mosquete, consiguió rechazarlos aun con más pérdida que la vez primera, pues entre los dos rastrillos quedó un oficial y algunos hacheros muertos y otros muchos que se han llevado los enemigos. El recomendar á V.S. cualquiera indivíduo que ha tenido la gloria de estar en estas acciones, seria perjudicar á los demás, pues no he conocido otra cosa que deseos de combatir al enemigo: pero apesar de esto no puedo menos que elogiar la bizarría é intrepidez de los soldados ingleses al mando de su teniente D. Tomás How, quien dió prueba de su mucho valor y conocimientos militares y merece todo elogio tanto él como la tropa que tenía á su mando. El subteniente del Regimiento de Borbon D. Carlos Rocruse no se ha portado con menos valor tanto él como los soldados de su regimiento, algunos suizos y otros pocos de la compañía fija de Rosas, como la partida inglesa: este oficial y el sargento de su partida Marcos Payta, merecen ser reomendados y atendidos. El soldados de la compañía de Rosas Magín Figuerola merece algun premio por haberse ofrecido voluntariamente á bajar por la muralla con una cuerda para llevar el parte á V.S., quien corría mucho peligro de ser cortado por los enemigos. Nuestra pérdida ha sido de tres soldados ingleses, los dos gravemente heridos, un paisano y un soldado de Ultonia tambien heridos, el paisano gravemente, el sargento del Regimiento de Borbon y un soldado de idem contusos. El guarda almacén D. Andrés Luesma y su hermano D. Ramón Luesma-Notty y sus mugeres han trabajado mucho pues todo el día han estado haciendo cartuchos de fusil, pues ya se iban acabando los que teníamos. Tambien ayudaron sus mugeres á la mía (1) en curar á los heridos, pues no había otro médico ni cirujano en el castillo. Se me ha olvidado recomendar á V.S. el capitán retirado D. Juan Nouvilas y sería una falta en mi no hacerlo, pues merece todo aplauso por el mucho trabajo que ha tenido en esta dicha respecto á sus muchos años. El subteniente D. José San German que V.S. se sirvió mandarme con el refuerzo de 21 hombres y con los pertrechos, burló los esfuerzos del enemigo y lo puso todo en salvo, apesar de que en el mismo acto del desembarco le hacían un vivo fuego para impedir su entrada. Este oficial hallándose destacado la semana pasada en el castillo, entre él y el oficial inglés nombrado hicieron en una noche un parapeto, donde pueden estar diez hombres para hacer fuego sin poderles dañar el enemigo y en el día de ayer me ha servido mucho y ha molestado bien al enemigo. Por lo que llevo dicho de este oficial y sus buenas cualidades merece la recomendación de V.S. El capellán de este castillo Dr. D. Jacinto Morales ha ayudado en cuanto ha podido nuestra gloriosa defensa.

"Dios guarde á V.S. muchos años.-- Castillo de la Trinidad 16 de noviembre de 1808.-- I. S. D. Pedro O-Daly".

Sucesos de San Miguel de Fluviá

A impulsos del ardimiento de un simple fraile capuchino salido de Gerona, para mendigar para su convento, el P. Fr. Manuel de Vich, se acababa de organizar un pequeño núcleo de resistencia en el campanario de la iglesia del pueblo de San Miguel de Fluviá. De este suceso, por demás curioso, dió dicho religioso el siguiente parte, con fecha de este día 15 al prelado de su orden en Gerona.

"Concluída mi llegada, trataba de restituirme al convento, pero la irrupcion de los gabachos por este indefenso país, el transtorno de todos estos habitantes que abandonaban sus hogares, los lamentos, gritería y desorden inseparables en tan funestas circunstancias, conmovieron mi corazón y exitaron mi ánimo en términos, que creí necesario no abandonar a tanto miserable; antes bien resolví tomar parte en sus desgracias. Desde luego pasé á San Miguel de Fluviá á rescatar las alhajas de la iglesia, en caso que las hubiesan [sic] desamparado; pues de contado me dijeron que el párroco ya estaba ausente. En dicho pueblo hallé disposición en 4 hombres que allí encontré, para defenderse en la torre de dicha iglesia, bastante buena para el intento y que ya en otras ocasiones semejantes ha servido de asilo. No me pareció conveniente despreciar el valor de estos paisanos, cuyas espresiones electrizaron de tal manera mi espíritu, que cediendo á sus instancias determiné acompañarlos y dirijirlos.

"Mandé desde luego que entrasen provisiones en la torre, mientras yo pasaba á los pueblos inmediatos á buscar más gente. Volví con 20 de ellos y mas me acompañarian si la desposición de provisiones me hubiera permitido admitirles. Los vecinos de este pueblo, aunque ausentes, me han dado libertad para que use de cuanto hay en él, dándolo por bien empleado en tan justa causa; con cuyo motivo hay muy buena provisión. Por lo que toca á municiones hallé aquí 200 cartuchos y con las providencias que he tomado, he adquirido hasta 2.000. El domingo 13 del corriente fiesta del Patrocinio de María celebramos su fiesta: hice una plática con esta ocasión á mis valiente soldados, que produjo en ellos el fervor que me prometí: formé de los 20 una lista con sus nombres, apellidos y naturaleza, prometiendo todos con entusiasmo sacrificar sus vidas por la Religión, la Patria y Fernando VII. Con estas disposiciones y algunos ardides de que usamos, hemos ya logrado detener al enemigo que nos observa de lejos, sin atreverse á entrar en el pueblo: y para mas imponerles les retamos por medio de algunas gentes que van y vienen y aun les tratamos de cobardes. Hasta ahora se contentan con amenazarnos, que han de abrasar el pueblo y la torre, pero no les tememos porque todo lo tengo bien acordado y dispuesto. Pido á V.C. su beneplácito y bendición para proseguir en mi empresa; advirtiéndo que no tenga cuidado ni recelo alguno, por que espero con la ayuda de Dios confundir la perfidia de nuestros enemigos".

Emilio Grahit y Papéll


Notes

(1) - La esposa de Fitz-gerald, era la célebre Dª Lucía Jonama, comandante que fue después de la primera escuadra de la compañía de Santa Bárbara de Gerona, en el glorioso sitio de 1809. Tornar al text


Bibliografia.

Extret de "Reseña histórica de los Sitios de Gerona en 1808 y 1809". Emilio Grahit y Papéll, Imprenta y libreria de Paciano Torres, Gerona. 1894.



Infanteria de Línia. Fuseller del Regiment de la Corona. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Infanteria de Línia. Fuseller del Regiment d'Àfrica. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Infanteria de Línia. Fuseller del Regiment de Zamora. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Infanteria de Línia. Fuseller del Regiment de Sòria. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.


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