Trabajos para la defensa de Gerona (VIII).

Volviendo ahora á la penosa marcha del General Duhesme con su ejército dividido en dos mitades, que pasaron la una por la marina y la otra por el interior, debemos consignar que se reunieron cerca de Hostalrich, á cuya plaza intimaron la rendicion, y como su gobernador, el capitán O-Suliván, se burlara de ella, le atacaron aunque infructuosamente, mientras se iban preparando para venir á Gerona, no sin verse sumamente molestados por la fusilería del somatén de Arbúcias.

El ataque y defensa del castillo de Hostalrich merecen ser conocidos, por cuyo motivo nos decidimos á publicar los partes del gobernador interino, creyendo que han de verlos con gusto nuestros lectores.

Partes del 22 de julio á la junta de Gerona.

Primer parte.
"Voy á ver si puedo descansar un momento, pues desde que los enemigos me atacaron no he podido, ni aun siquiera sentarme. Ahora parte todo el exército para esa con una pérdida considerable, gracias á los valerosos é incansables Motes y Mata. Como conozco interesa llegue este pronto por cualquier medio, reservo para mas adelante formar el detalle; y solo diré que Motes se batió ayer por dos veces con la caballería é infantería, á boca de jarro con aquella intrepidez que les es tan natural: tengo unos 10 heridos, entre ellos el sargento segundo Pedro Parolella, el que fue á las órdenes de Motes afin de arrancar de mano de los enemigos los carros que V.S. me mandaba, y solo pudo represar uno de harina; remito á V.S. las dos cartas del General francés y mi contestación; tengo un prisionero y dos desertores.

"Dios guarde á V.S. muchos años. Castillo de Holtalrich 22 de julio de 1808.-- Daniel O-Sulivan.

"Carta primera del General francés.-- Campo de Hostalrich 20 julio 1808.-- El General que manda la vanguardia delante Hostalrich.-- Al Señor Gobernador del Castillo.-- La resistencia que vos sigais oponiendo, no puede acarrear mas que desastres incalculables sobre los vecinos y gente que os ayudan.-- Si teneis humanidad, si quereis evitar la efusion de sangre, rendid las armas de S.M. el rey de España, el castillo de Hostalrich: que yo prometo trataros con todas las atenciones que podeis esperar de un militar magnánimo.-- Os hago esta proposición, por que vuestros soldados me han avisado deseabais abocaros conmigo.-- Si son estas vuestras intenciones, os ruego me las declareis, asegurándoos que interpondré mis buenos oficios para todo lo que pueda serviros de satisfaccion.-- Tengo el honor de saludaros con la mayor consideracion.-- Goullul.

"Carta segunda.-- Cuartel General de Hostalrich 21 julio 1808.-- El General Goullul, Comandante de la Legion de Honor y de la vanguardia del ejército de los Pirineos Orientales.-- Al Señor Gobernador del Castillo de Hostalrich.-- Señor Gobernador.-- Vuestro castillo está bloqueado, todas vuestras avenidas cortadas, vos no teneis esperanza de ser socorrido. Yo os intimido rindais la fortaleza que mandais, á las armas de S. Magestad el rey de España; prometo trataros con generosidad, concediendo á vos y á los que esta bajo nuestras (sic) órdenes la vida y la vuelta á sus hogares.-- Si la humanidad puede algo con vos, evitareis el derramamiento de sangre, y aprovechareis esta buena ocasión para tener derecho á los buenos oficios que se interpondrán en vuestro favor. Espero pronta respuesta. tengo el honor de saludaros con particular consideracion.-- Goullul.

"Respuesta del Gobernador.-- Plaza fuerte de Hostalrich 21 julio 1808.-- Muy Sr. mío: empezaré por la ultima frase de su carta para decirle, que es muy cierto que desearia verme con V. de hombre á hombre, y ojalá que de esta manera se evitara el derramamiento de sangre, que es indispensable haya entre las dos naciones hasta ver restituido al Trono á nuestro amado Fernando Séptimo, por quien sabremos perder hasta la última gota de sangre para conseguirlo. Soy militar desde la cuna y capitan del Regimiento de Ultonia y por consiguiente lo debo ser de la obediencia; y esta Fortaleza no se entrega, ni se entregará hasta perder la última gota de sangre de cuantos la guarnecen; pues yo soy el mas inferior en valor y sabré hacer este pequeño sacrificio y solo deseo el instante de verme atacado por sus tropas: las mias tambien lo desean, aunque estas y yo quisiéramos que las mandara el negociante Lechi.-- Paso en silencio si debia yo admitir ó no á un soldado parlamentario, pues mi carácter no ha sido jamás republicano, ni ha conocido la igualdad... Mi guarnición es muy pequeña pero animosa (como V. ya lo sabrá) hasta tanto extremo que me han suplicado no permita salir al parlamentario, según la costumbre que se ha observado en los demás parages; por lo que este queda aquí, siendo yo responsable de la seguridad y tranquilidad, que corresponde á quien se vé tan honrado en la plaza de soldado. Mande V. y disimule el que no le escriba de mi puño; pues un desaire como el que V. me ha hecho, me hace exento de la política que siempre ha acostumbrado tener D. Daniel O-Sulivan.-- A Monsieur Goullul.-- P.D. Acabo de saber en este instante que se ha pegado fuego á un pajar de Hostalrich; si esto se verifica con una sola casa, yo mismo la arrasaré y sus mismo habitantes me darán las gracias. Al buen entendedor pocas palabras.-- P.D. Escrita esta he recibido su segunda, cuyo contenido ya me incomoda; ataque V. como lo deseo, y no sea V. mas inoportuno con quien es mas oficial que V. Esta guerra es de tal consideración que no merecen otra contestación sus escritos, ni menos sus importunidades. Yo no quiero cuartel, ni desde un principio lo he querido; y no me vuelva V. á incomodar mas con escritos, solo si con sus reliquias. Diviértase V. con estos papelorios que le debn ser de mucha satisfacción".

Segundo parte del gobernador de Hostalrich.
"Son las 9 de la mañana, hora en que puedo tener alguna seguridad de que el enemigo se haya retirado, aunque no confío enteramente en ello, por temer sea falso su movimiento para querer luego sorprenderme, pero en este caso pienso quedará tan escarmentado como lo que manifiesta el Diario que acompaño...

"Dia 19 de julio.-- A las 12 de este día atacó el enemigo á este castillo con dos columnas que según mi poca inteligencia y las notícias que he adquirido tanto de los prisioneros como de los desertores serian en número de tres ó cuatro mil hombres; su ataque se dirigió por los puntos del manso Auler y manso Ruyral, con tanta intrepidez y descaro que llegaron hasta medio tiro de fusil, cuyo fuego sostuvieron los nuestros hasta las nueve de la noche en que rechazados los enemigos abandonaron sus puntos, siendo éstos los débiles de esta fortaleza: por lo que se conoce claramente que á más de los planos que tiene del castillo, iban dirigidos por espias bien prácticos como eran hijos del mismo Hostalrich. Mas pronto tuve al enemigo á la vista, que saber su salida de San Celoni; pero como yo tenia apostados dos hombres de mi confianza, montados en los caballos de las postas pudieron avisarme una hora antes.

"Día 20. A las cuatro de la mañana repitieron su ataque los enemigos por los mismos flancos, habiendose pasado su caballería á emboscarse ála otra parte del rio y al cabo de dos horas de un vivísimo fuego entre ambas partes, me envió el General francés un oficial de graduación, intimándome me rindiera á las armas del rey de España y que si no lo ejecutaba seria tratado junto con mi guarnición como á rebelde. Entonces llamando á mis oficiales y poniéndome con ellos encima la muralla le contesté que se volviera á su General, diciéndole que un buen militar y capitan del Regimiento de Ultonia que se hallaba de Gobernador de este castillo, no se rendía mientras hubiera una piedra en él. De esto resultó que se renovase con mayor viveza el ataque, quedando como siempre rechazado el enemigo y con bastante pérdida. A las dos de la tarde pasó con todo el grueso de su exército á reunirse con su caballería, que ya dije estaba apostada al otro lado del río y únicamente dejó de incomodar á la guarnición como 500 hombres que divididos en 4 ó 5 partidas escaramucearon toda la tarde, pero siempre bien escarmentados por los nuestros.

"Día 21. A la mañana de este volvió el mismo destacamento que habian dejado, ó por mejor decir las reliquias de él, á incomodar esta guarnición poniéndose siempre bajo el cubierto de una casa: en este momento me llegó la noticia de que venian los carros que V.S.S. me mandaron con harina, aceite y pólvora, lo cual supe por el subteniente de mi regimiento que con los soldados y un sargento acababa de llegar para proteger su entrada: determiné hacer una salida con 50 hombres porla puerta del socorro, dirigiéndome así á la villa, encargando á D. Manuel Motes que si el enemigo que ya estaba batiéndose por la puerta principal intentaba cortarme, saliera con 30 hombres á mi socorro. Viendo que los carros no venian al cabo de un buen rato formé otro plan y mandé al sargento de migueletes de Gerona Pedro Parolella que con doce hombres avanzase por la izquierda á atacar los apostaderos; y á D. Manuel Motes que saliera por la misma puerta, reservándome el poderlos ayudar para que nunca pudieran ser cortados, y de esta manera convoyar los carros en caso que llegasen con menos peligro: pero habiendo llegado los migueletes me aseguraron que los carros se habian vuelto atrás por haber sentido los cañonazos del castillo: por lo que pasé la orden á D. Manuel Motes afin de que no empeñase mas la accion y se retirase por la misma puerta. Luego que tuve noticia de que lo habian executado me retiré yo del puesto en que me habia apostado, hice montar á caballo un soldado de los dos que el día antes habian llegado á esta fortaleza, para que los hiciera retroceder, asegurándoles que no corrian peligro si lo hacian luego, luego, y me avisaban con anticipacion para apostar 100 hombres en la entrada del pueblo. A las 12 del día vinieros dos mozos á caballo para avisarne de su llegada; pero unos somatenes poco advertidos que habia sobre la muralla les hicieron fuego creyendo que eran franceses sin que yo pudiera remediar, pero gracias á Dios no hubo mas desgracia sinó la de que los que venian con los carros oyendo este tiroteo retrocedieron por segunda vez desde la entrada del pueblo: luego mandé á Don Manuel Motes con los 50 hombres que en el pronto pude recoger, pues no les esperaban muchas horas por lo que llevo dicho. Hasta entonces todavia tenia la comunicación abierta con el pueblo, pero al llegar Motes ya los tenian cercados 24 soldados de caballo: pero este hombre raro é intrépido les atacó á boca de jarro poniéndoles en la mayor confusión y desorden, de tal manera que iban á rienda suelta tirándose al campo sin formación; él los persiguió dejando parte de su destacamento para convoyarlos á este castillo; pero yo que observaba los movimientos de aquellos y cuanto pasaba desde el Caballero, advertí que una columna de infantería cruzaba el rio de la Tordera para cortarlos, por lo que le hice la señal de inteligencia para que se retirase, lo que executó trayendo herido de un balazo al sargento Pedro Parolella y defendiendo su paso con tesón hasta el pie del castillo, salí yo á recibirle con alguna gente y allí murió alguno de los somatenes, no habiéndose podido salvar mas que un carro de harina de 30 cuarteras, olvidándome decir que en la primera accion que tuvo el sargento á más del prisionero que tengo indicado mató dos soldados á sablazos.

"A las tres de la tarde volvieron otra vez á presentarse pero sin arrimarse tanto como los días anteriores, pasando y repasando por diferentes puntos de este fuerte sin fijarse en alguno de ellos: me mandaron las dos cartas de rendicion que tengo remitidas juntamente con mis respuestas: toda la tarde y noche han sufrido un vivo fuego de nuestra artillería, que despues de haberles causado muchísima pérdida, les obligó á una vergonzosa huida, cruzando contínuamente partidas sueltas de caballería para reunirse y executar su retirada.

"Día 22. A las quatro y media de la mañana habiéndose reunido, han empezado su marcha y desde esta hora los hemos perdido de vista, ignorando quales son sus intenciones las que en caso que no fueran como tengo entendido de ir á atacar esa Plaza, sinó de volverse á esta, espero me mandarán prontos refuerzos para poder seguir batiéndoles. No tengo voces para elogiar tan bizarros oficiales, pues todos á porfía se presentaban al peligro y á un trabajo tan penoso, como que era preciso no cesar por la poca guarnición y número de ellos; y siendo Motes el mas antiguo, confieso que lo he empleado mas: es tan sumamente feroz que ayer mismo se arrojó sobre la caballería y con tan buenas disposiciones que la desalojó de su apostadero, y la puso en tal desorden, que corriendo á rienda tendida por el campo, no dudo que de los 24 caballos las dos terceras partes hubieran sido nuestros á no ser por su infantería que en gran número venía á cortarles la retirada; pero como dije antes le hice señal con el tambor para que se retirase. Squerr, ha trabajado mucho y se llenaba de envidia quando veia sus compañeros en el peligro: muchas veces tenia que mandarles retirar á este y á Mata, porque puestos noche y día sobre las murallas, parecía que mas bien buscaban la muerte que la victoria. De las compañías de migueletes de esa Ciudad y voluntarios de Vich, debo decir que en lo general no son hombres sinó fieras. Tambien recomiendo al sargento herido por su mucho valor y no dudo que V.S.S. lo atenderán, pues conviene estimularlos para exemplo de los demás. Creo que no hay en Cataluña un artillero mejor que Barceló, pues donde pone el ojo pone la bomba, granada ó bala, y á más es infatigable; este es el mismo á quien hice preso porque en su batería faltaban 15 cartuchos, pero al presentarse el enemigo le perdoné y absolví en nombre de la M.I. Junta de quien espero disimulará haya tomado tan sagrado nombre para perdonar á un delinqüente. A los oficiales de Vique y de Gerona no los echo en olvido por su valor y prontitud en obedecer y hacer executar mis órdenes; y en particular el subteniente de la tercera compañía de migueletes don Marcos Iglesias que será un arrogante oficial. Esta defensa de ha hecho con 180 hombres mal armados, 110 para el servicio de la artillería compuesta de 31 piezas y 15 artilleros cuyo comandante que es muy bueno, arroja sangre por los oidos.

"P.D. Si V.S.S. tienen la bondad de remitirme municiones con abundancia, no tengo mas que desear, porque los despojos de los enemigos son tantos y tan quantiosos, que me parece serán capaces de surtir no sólo á este castillo sinó casi todo el corregimiento: mi casa-mata es un almacen de víveres que se van encontrando en los caminos y veredas de esta fortaleza: me persuado que no solo han perdido quanto en sus inmediaciones habian robado, sino tambien los crimenes que de esta naturaleza tenian hechos en los pueblos por donde habian transitado; prueba evidente de la completa derota que han sufrido, ó mas bien les ha hecho padecer su temeridad. Motes y Mata se hallan recogiendo sus despojos y el segundo ha traido ya varias cargas de víveres que habian abandonado".

La marcha hacia Gerona la emprendió Duhesme con su ejército al amanecer del día 22, y por consiguiente, podemos pasar á la relación diaria de los sucesos del segundo sitio.

Emilio Grahit y Papéll




Voltigeur de la Guàrdia Imperial, 1808. Làmina de Bellange. (Wikipèdia)



Tirailleur de la Guàrdia Imperial, 1808. Làmina de Bellange. (Wikipèdia)



Caçador a peu de la Guàrdia Imperial, 1808. Làmina de Bellange. (Wikipèdia)



Sergent de Caçadors a peu de la Guàrdia Imperial, 1808. Làmina de Bellange. (Wikipèdia)


Bibliografia.

Extret de "Reseña histórica de los Sitios de Gerona en 1808 y 1809". Emilio Grahit y Papéll, Imprenta y libreria de Paciano Torres, Gerona. 1894.


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