Día 6 de setiembre de 1809.

Santoral: noticias de Amsterdam del 3 de Agosto, deParis del 7, de Gante del 9, de Schiedam del 6 y de Amsterdam del 8.

Sucesos del sitio.

Los enemigos cesaron enteramente su fuego y sus trabajos en los puntos fortificados. Solamente tiraron algunas granadas desde el castillo de Montjuich, contestando al fuego de nuestras baterías que procuraban incomodarle. Se observó que tenía poca tropa en la trinchera y que la batería del olivar había quedado al anochecer muy destrozada.

Se reforzó en la Plaza el retrincheramiento construido á la espalda de la parte batida de la muralla de Santa Lucía. Se profundizó más el foso y se separaron por la parte interior todas las ruinas.

Llegó á Gerona la noticia de la expedición hecha por el enemigo á La Bisbal, de la que ya se ha dado cuenta.

A las 2 de la tarde se observó formada en la altura de casa Estela una columna enemiga como de unos 600 hombres, la cual se dirijió hacia los Angeles, en combinacion con otras fuerzas destinadas á posesionarse de aquel punto.

Estas fuerzas se adelantaron tan rápidamente que al salir nuestros defensores de la ermita para reconocer los parapetos inmediatos á la misma, se encontraron con el enemigo formado á tiro de fusil en número de dos mil infantes y 200 caballos. Dispertose con silencio á la tropa, que dormía por haber estado todos de vigilancia durante la noche anterior y pasaron á ocupar, del modo más disimulado que fue posible, los espresados parapetos quedando sin jente la iglesia y demás parte del edificio. D. Matias Ferrán teniente del primer tercio de voluntarios de Gerona, que en la salida del día anterior se había creído prisionero, pero que no lo había quedado por haber podido escapar hasta los Angeles, fue de parecer que la tropa quedase quieta sin disparar un tiro hasta que el enemigo estuviera muy inmediato y diese una señal á la cual se respondiese con una descarga cerrada, siguiendo después el fuego por cuartas.

El enemigo hizo varias evoluciones adelantándose en batalla hacia los parapetos, y como de ellos no se hacía fuego, creyeron que estaban abandonados, por cuyo motivo avanzaron ya sin formación, dando grandes voces, echando los cascos al aire y haciendo otras demostraciones de alegría.

Pero hallándose casi á quema ropa, dio Ferran la señal y se hizo la descarga que diezmó la avanzada de los enemigos. Retiráronse estos á medio tiro de fusil, donde formados de nuevo emprendieron el ataque con el mayor vigor. Rechazado este segundo ataque, lo dieron por tercera vez divididos en tres columnas. La del centro hizo fuego sin moverse, mientras las otras dos avanzaban por derecha é izquierda envolviendo á los defensores de los parapetos que sufrieron mucho. Durante este tercer ataque quedó muerto de dos balazos el citado Ferrán.

Dos horas hacía que duraba el fuego con igual empeño por ambas partes. Temiendo el P. Miguel de Vich, que la otra columna que había venido de casa Estela trataba de penetrar por otro punto dentro del Santuario, pasó á su interior con objeto de reconocerlo y efectivamente observó que los enemigos rompían las puertas y la pared y subían por las ventanas, defendidas tan solo por cuatro asistentes. Dio el P. Miguel de Vich aviso de esta novedad á los defensores de los parapetos, quienes se retiraron pero solo en número de 70 por haber quedado muertos ó heridos los 130 restantes. Cerraron entonces las puertas y abriendo las de la parte posteeior, el jefe D. Manuel Llauder señaló un punto para la reunión, y dio orden de salir á la bayoneta. Sangrienta fue esta salida, en la que pelearon con desesperacion aquellos defensores de la ermita. Solo 25 lograron salvarse. Los demás hallaron allí una muerte gloriosa que hicieron pagar bien cara al enemigo. Vengose de esta pérdida degollando á los heridos y prisioneros.

Vacani, que tomó parte en esta acción, le dá la importancia de una batalla y se entretiene en los detalles más minuciosos. Cita por sus nombres á cuantos oficiales se distinguieron por su valor, ó sea Re, Lobert, De Lorenzi, Cottafara y Ceroni, y hasta soldados como Cilloni, Gaspari, Garbagnati y otros muchos. Para disfrazar el degüello de los heridos y prisioneros ó rendidos dice: "Cuantos eran los defensores en aquel estrecho recinto, del que muy pocos pudieron huir arrojandose del muro, todos, escepto uno, fueron miserablemente muertos y en brevísimo tiempo, pudo más la fatiga que la humanidad para hacer cesar aquel estrago que costó la vida á 400 combatientes".

No eran más que 200 los soldados que defendían el santuario.

Independientemente del combate de los Angeles, tuvo lugar otro igualmente reñido pero más satisfactorio para los españoles.

Un cuerpo del ejército sitiador, compuesto de la division Wesfaliana y del regimiento número 32 de la infantería ligera francesa, en número de 1500 infantes y 150 caballos, mandados por los Generales Verdier y Jouba se dirijió contra los voluntarios que mandaba el presbítero doctor D. Francisco Rovira, quien tenía tomadas posiciones á la orilla izquierda del río Ter á dos ó tres horas de los campamentos enemigos. Atacaron estos por la tarde con denuedo nuestra izquierda delante del pueblo de Ginestar, pero cinco compañías sostuvieron con serenidad el ataque. Después de mucho fuego acudieron al socorro de dichas compañías, las del centro y derecha, con las fuerzas que mandaba D. Juan Clarós y unidos cargaron con tanta intrepidez á los enemigos que les obligaron á emprender la fuga, viéndose huir al mismo Verdier, dejando 52 muertos en el campo y llevándose muchos heridos, entre los cuales se contó al General Joubá, un capitan y dos subalternos. El General Joubá falleció después en Figueras, de resultas de las heridas.

Bucher en su diario consigna que esta acción la tuvieron los sitiadores con el general Blake, creyendo que éste se había retirado solamente á dos ó tres horas de los campamentos. Nada de esto es cierto. El general Blake se hallaba á la sazón en San Martín de las Esposas con una parte de su ejército.

Löbell resumen así la situacion de aquel combate: "Terminó muy tristemente. Dicho general perdió dos cañones y hasta la vida; y las tropas que volvieron despues de una gran pérdida, se hallaron en la situación más miserable por tan terrible trabajo y por falta de víveres". Herido Löbell, tuvo que retirarse á Francia, relevándole en el mando de su batallón el teniente Kachler, único oficial que había quedado en él.

Como esta acción de oía desde la Plaza y era muy sostenida y viva y se observó que de los campamentos enemigos salían algunas tropas que iban en auxilio de los suyos, el General Alvarez, con el fin de llamar la atención del ejército sitiador por la parte del llano é impedirle el envio de tales refuerzos, salió de la Plaza con su estado mayor, los comandantes de artillería é ingenieros, dos mil hombres de infantería y 25 caballos del Escuadrón de San Narciso. Confió el mando de estas fuerzas al coronel D. Blas de Fournás, con orden de adelantarse hacia el pueblo de Santa Eugenia, amenazando atacar los campamentos enemigos más cercanos. Mientras esta brigada marchaba formada en batalla, Fournás destacó dos partidas de guerrilla de infantería y caballería por su izquierda que atacaron á los franceses acampados cerca del manso Gibert. Estos huyeron á refugiarse dentro la casa y ocupando las ventanas de la misma hicieron mucho fuego de fusil á los nuestros, quienes no habiendo logrado forzar aquel puesto se incorporaron en buen orden á las demás fuerzas.

Mientras tenía lugar este tiroteo una fuerte partida de infantería atacó el puente de piedra sobre el río Güell del camino de Santa Eugenia, á cuya espalda los enemigos habían formado un buen retrincheramiento. Al abrigo del mismo y de las casas más avanzadas de dicho pueblo, hicieron un vivo fuego de fusil sobre los nuestros que estaban á la derecha. Como los baluartes de la Plaza de la parte del llano, observaron que había mucha tropa en la calle y casas de Santa Eugenia, dirijieron allí muchas bombas, granadas y bala rasa.

Cesado el fuego de la acción que había tenido lugar á lo alto del río Ter, nuestra tropa se retiró á la Plaza, no habiendo tenido más que un soldado herido.

Minali, retarda hasta el día 8 la salida que acabamos de reseñar.

El General Alvarez con su estado mayor observó el combate colocado al pié de la muralla de San Francisco de Paula. Las tropas que habían quedado en Gerona estuvieron con las compañías de la Cruzada coronando las murallas y baluartes.

Parte del comandante del tercio de Talarn D. Felipe de Fleyres.

"Cumpliendo con lo que V. S. se sirvió mandar, me dirigí con las tropas que mandaba á la casa llamada de Estela, de donde desalogé al enemigo y le rechacé hasta el punto de San Miguel, en cuyas alturas inmediatas se mantuvo firme la columna que mandaba el capitan D. Carlos Montignani, sosteniendo este oficial aquella posicion con el mayor valor.

"La copiosa lluvia que sobrevino, precisó á parar un poco nuestros movimientos é impedir observar los del enemigo. Este vino por la parte de Palau en número de 700 hombres, según infiero, con cuya fuerza nos atacó y apesar de haberse resistido vigorosamente mis tropas en las dos alturas que tenía tomadas, me fue preciso ceder á la superioridad de fuerza y retirarme á las contiguas á este castillo, procurando en cuanto me fue posible sostener la retirada de la columna que mandaba dicho D. Carlos Montignani, el cual opinó que viendo su derecha atacada, se habrá retirado á los Angeles, menos las compañías de granaderos de Borbon y Baza que lograron abrir el paso.

"No puedo dar á V. S. una exacta noticia de la pérdida que hemos tenido, por no tener la de los cuerpos, pero por lo que observé puedo regular que esta será de cuatro ó cinco muertos; unos ocho ó diez heridos y cuatro prisioneros, incluso el teniente coronel D. Latino Fitz-gerald, capitan del Regimiento de Ultonia, á quien ha cabido esta suerte por su mucho valor é intrepidez; teniendo que hacer presente á V. S. que es más recomendable el mérito de este oficial por cuanto concurrió á la función sin obligación alguna (1).

"Congeturo que la pérdida del enemigo habrá sido mucho mayor que la nuestra, por el vivo fuego que le hizo la tropa de mi mando.

"No puedo menos de recomendar á V. S: al capitán D. Carlos Montignani por su valor, así como al teniente de Manresa D. Francisco Mas, quien lidió con un soldado frances que le tenia preso, del que logró escapar, sin embargo de las heridas que recibió.

"Dios guarde á V. S. muchos años. Castillo de Capuchinos 6 de septiembre de 1809.-- Felipe de Fleyres.-- Sr. D. Mariano Alvarez".

Extracto oficial del parte del teniente D. Manuel Llauder.

"Luego que se hubo situado en las alturas de los Angeles, pudieron entrar en la plaza por este punto varias conducciones de víveres, tanto por cuenta de la Real Hacienda como de particulares. Hasta el día 6 subsistió en dicho punto, haciendo iguales servicios. En este día fue atacado por una columna francesa, la que fue rechazada con pérdida por los fuegos de su tropa situada dentro de la ermita, la que estaba algun tanto fortificada; volvieron los enemigos al ataque y su comandante le propuso parlamento, y no dando oídos á su proposicion, le disparó sucesivamente tres tiros habiendo sido herido levemente de ellos. El expresado comandante fue muerto; pero su columna ayudada de otra insistió en el ataque y lograron algunos soldados franceses penetrar por una ventana de la iglesia. Su tropa dice que se salvó saltando por ventanas y parapetos, logrando apesar de su corto número abrirse paso por medio de los enemigos, á lo que contribuyeron sobremanera el sargento segundo y cabo primero del Regimiento de Ultonia Juan Antonio Fernandez y Luis Pardini. Este puesto tan tenazmente defendido apesar de estar en medio de la línea del sitiador, nos ha causado una pérdida de 60 hombres entre muertos, heridos y prisioneros. De los primeros fue el valiente capitan del tercio de Manresa D. Jacinto Bulguer y de los últimos, Ferrán, subteniente del primer tercio de Gerona y Masferrer y Cors del segundo de Lérida. Llauder asegura haber contado hasta 300 cadáveres enemigos tendidos delante de los parapetos"

Saint-Cyr reseña los sucesos de este día del modo siguiente:

"Despues del 1.º de setiembre, que habíamos tenido que abandonar una parte del bloqueo, para reunirnos y colocarnos entre Gerona y el ejército que venía á su socorro, el enemigo había ocupado con quinientos hombres, el puesto importante de Nuestra Señora de los Angeles, situado sobre la montaña más elevada de los alrededores; esta posicion estaba atrincherada; el convento lo mismo que la capilla estaban aspillerados. Como era favorable para las salidas y aproximaciones de la plaza, el general en jefe ordenó al general Mazuchelli de tomarla y guarnecerla; este general hizo subir la montaña á sus tropas y rodeando el convento y la capilla muy pronto, intimó al comandante á rendirse; pero este, confiando en la fuerza de su posicion, de sus retrincheramientos y de una especie de superioridad que tienen los españoles sobre las otras naciones en esta clase de guerra, contestó con insultantes fanfarronadas y mandó disparar contra el parlamentario; algunos meses antes, el comandante de Palamós y enseguida el gobernador de Gerona habían hecho lo mismo.

"Mazuchelli se vió pues obligado á dar el asalto; el puesto fue tomado despues, apesar de la más viva resistencia; y todo el destacamento que lo defendía, pasado al filo de la espada, á escepcion de dos oficiales, un joven cadete que los jefes italianos lograron salvar y el comandante Llauder que se escapó saltando por una ventana de la iglesia.

"El general Mazuchelli salió mejor este día que los precedentes; se distinguió por la bondad de sus disposiciones, que fueron bien secundadas por el brillante valor de sus tropas. Verdier no tuvo la misma suerte en un ataque contra los migueletes y somatenes apostados en San Gregorio y mandados por Claros y Rovira; no habiendo aun vuelto á tomar sus operaciones de sitio, quiso sacar provecho de un tiempo tan precioso que le dejaba en disposicion la mayor parte de sus tropas para batir á estos jefes de guerrillas, entretenidos en atormentar sus comunicaciones con Figueras; operación mas facil, entonces que este enemigo estaba bajo su mano, que cuando ocupaba posiciones más lejos de Gerona. Esta mira era laudable; sin embargo el choque no tuvo el resultado por el esperado; hubo de retirarse. Un bravo oficial, el general Jouba, murió en este hecho.

"Antes de volver á empezar los trabajos del sitio, el general Verdier dirijió de nuevo al general en jefe diversas reclamaciones, lamentándose de los víveres y tropas entradas en la plaza el 1.º de setiembre; mas no pedía nada; por otra parte esos pocos víveres estaban consumidos antes de mucho tiempo, y el refuerzo de tropas, suponiendo que fuese una ventaja para los sitiados, encontró bien su compensacion en la reunión, á las fuerzas empleadas en el bloqueo, de una grande parte de la division Pino; así las cosas no estaban en una situacion más desfavorable para los sitiadores".

Despacho del general Mazuchelli al general Pino, sobre la toma de los Angeles.

"Encargado por S. E. el general en jefe de ocupar el puesto de Nuestra Señora de los Angeles, reuní un batallón del 6.º juntamente con dos compañías de preferencia del otro batallón y tres compañías del primero ligero, que se encontraban en posicion sobre las alturas del campamento incendiado, formando tres columnas: la primera mandada por el jefe de batallon Fovaletti, compuesta de tres compañías, tuvo la orden de seguir las alturas de la derecha. Yo me quedé con la columna del centro, compuesta de cinco compañías del 6.º y ordené al capitan Bouchet, del primero ligero, condujese sobre la izquierda la columna compuesta de tres compañías del primero ligero.

"Después de haber vencido los obstáculos de una marcha la más penosa, las columnas llegaron á un tiempo sobre las alturas vecinas á la fuerte posicion de Nuestra Señora de los Angeles.

"Los pequeños puestos enemigos habiendo sido atacados por los volteadores de la vanguardia, se retiraron al convento de Nuestra Señora, que yo reconocí haber sido muy bien fortificado por el enemigo. Sobre el frente ha construido un largo reducto cuadrado, ha hecho en los muros numerosos merlones y cada ventana estaba ocupada por jente. Dispuse el ataque del modo siguiente:

"Envié tres compañías sobre la derecha; hice atacar la izquierda por una compañía de volteadores del 6.º reforzada por un destacamento de volteadores del primero ligero. A la señal de ataque las tropas marcharon como el rayo y envolviendo enteramente la iglesia y el convento, mientras que las compañías sobre la derecha entretenian al enemigo sobre la plaza, convertida en reducto. Empeñose un muy vivo fuego de fusil; el capitan Tirzoni, del 6.º, joven oficial de mérito y de la más grande esperanza, es mortalmente herido y cae en medio de su compañía que vacila viendo á su capitan muerto.

"Envío sobre la izquierda la primera compañía de granaderos del 6.º para hacer los ataques de los volteadores más vivos y envio así bien mi ayudante de campo Loubers con la orden de intentar hacer una brecha ó echar abajo la puerta.

"Para dar coraje á las tropas sobre la derecha, hago avanzar al jefe de batallón Favaletti con tres compañías, ordenó el ataque: el señor coronel Eugenio anima á los suyos con su presencia; se hace, mientras tanto, brecha en el muro sobre la izquierda, á los gritos de viva el emperador, viva nuestro rey; las tropas se lanzan sobre el parapeto y por la brecha, y cuantos españoles se encuentran en la posesion son pasados á filo de la espada, salvo los cuatro que os envio y que mis ayudantes de campo, con mucha pena, han podido salvar de la furia de los soldados. Así, despues de tres horas de fuego, quedó en nuestro poder la posicion de Nuestra Señora de los Angeles, que situada sobre la cima de una alta montaña, aislada de todos lados, es una de las más difíciles de montar.

"Mi pérdida ha sido notable, pues la evaluo en unos setenta hombres fuera de combate, entre los cuales cuento siete oficiales, el teniente Mont mouton, del primero ligero, muerto; el capitan Conti, herido; el capitan Turzoni, muerto, y el teniente Battaglini, si no me equivoco en el nombre, muerto. Los otros son del sexto.-- Mazuchelli".

El Diario del Imperio de la tarde del 29 del mismo Septiembre confundiendo la toma de los Angeles con la acción del día anterior y con los sucesos del día primero publicó la siguiente carta con los errores y exageraciones que se verán.

"Perpiñan 15 de setiembre de 1809.

"Los insurrectos españoles al mando del general Blake, han osado presentar batalla al ejército de Cataluña para hacer levantar el sitio de Gerona. El general en jefe Gouvion Saint-Cyr, marchó al punto hacia el enemigo con las divisiones Pino y Souham. Si nos hubiese aguardado acabábamos con él; pero á nuestra vista se apresuró, como de costumbre, á ponerse en fuga. El general en jefe pasó entonces á tomar sus angustiosas posiciones. A la vuelta, halló el puesto importante llamado de los Angeles en poder de los españoles.

"Al punto dio orden al general de Brigada Mazuchelli de que marchase con sus tropas para tomar por asalto este puesto, como tambien un convento dónde se habían encerrado 500 hombres de tropas de línea españolas y varios destacamentos ingleses.

"El sexto regimiento de línea y tres compañías de infantería ligera quedaron encargados de esta espedicion. Era menester subir una montaña casi inaccesible y apoderarse á viva fuerza de unas trincheras formidables. Los granaderos del sexto impacientes por embestir al enemigo, se arrojaron intrépidamente y arrollaron á la punta de la bayoneta cuanto se opuso á su paso. En un cerrar y abrir de ojos la posicion y el convento fueron tomados y no habiendo la guarnición querido rendirse fue pasada á cuchillo. Los oficiales con mucho trabajo han podido salvar al coronel inglés Fitz-gerald y otros tres oficiales. Tres días ha que la division de Pino está en contínuos choques con el enemigo y en cualquier parte que se presenta, siempre sale victoriosa".

Parte de D. Francisco Rovira, con fecha 17, acerca la acción de este día.

"El día 6 del que rige se me presentó el enemigo en número de 1.500 infantes y 500 caballos, mandado por los generals Juba y Verdier. Atacaron mi izquierda delante del Ginestar con gran denuedo, y fueron rechazados con la mayor bizarria. Cinco compañías de mi mando sostuvieron con serenidad el ataque, hasta que ayudados por la derecha, por el centro y por Clarós, cargaron sobre el enemigo, obligándole á una precipitada fuga, en la que se distinguió el excelentisimo Verdier, enseñando á sus soldados el camino por donde habían venido. Dexaron los enemigos 52 muertos en el campo, llevándose muchísimos heridos, entre los que se cuenta el general Jubá, que de resultas murió en Figueras el día 9, un capitan y dos oficiales. Les cogimos 4 prisioneros, muchos fusiles y municiones. Por nuestras parte hubo un muerto y seis heridos. Todo esto se debe á la dirección de mi segundo D. Esteban Llovera y al valor de los oficiales y la tropa, en cumplimiento de las órdenes que yo les iba dando".

Parte de D. Juan Clarós de esta fecha.

"Excmo. Sr.-- Habiendo observado en la tarde de hoy, que los enemigos atacaban á la division que está al mando del coronel honorario Don Francisco Rovira por la altura de casa Tirolá, vulgo la Bruguera de San Gregorio, teniendo al mismo tiempo una grande columna de reserva, la que nos estaba amenazando, hice poner la gente de mi mando sobre las armas y despaché unas guerrillas para que le atacasen, mientras despachaba tres compañías del tercio de Figueras al mando del teniente D. Joseph Buach, con el fin de apoderarse de las alturas de mi derecha de San Grau, y observasen si el enemigo intentaba atacarme por dicho punto; pero habiendo sabido que no hacía ningun movimiento, inmediatamente mandé lo restante del expresado tercio de Figueras, al mando de su comandante D. Francisco Ferrer y Pons, y de su sargento mayor D. Francisco de Paula Claros, á ayudar á los valerosos que estaban haciendo un fuego muy vivo, y sucesivamente fui despachando partidas de somatenes; lo que visto por el enemigo, y conociendo que con la intrepidez de la gente que iba entrando en el fuego le era imposible sostenerse, empezó á retirarse con mucho orden; pero no ha logrado con su retirada el efecto que deseaba, pues avivado con ella el ardor de todos, y cobrado nuevo ánimo, les atacaron con un valor sin igual, obligándoles á desordenarse y huir precipitadamente hasta la llanura del frente de Gerona, y no se adelantó más por no tener caballería que los sostuviera.

"Es mucha la pérdida que ha sufrido el enemigo, pues en el campo se han contado hasta 40 muertos, entre ellos un capitan y un subalterno y algunos caballos, y habran sido muchos los heridos, pues se han visto que los retiraban y eran infinitos los rastros de sangre que había por los caminos; á más se han hecho cuatro prisioneros, los que se han conducido al campamento del Doctor Rovira. Por nuestra parte solamente hemos tenido un muerto y dos heridos el uno de ellos gravemente.

"Todos los oficiales del indicado tercio de Figueras y comandantes de somatenes se han portado con el valor que les es propio y son dignos de los mayores elogios, como toda la gente que ha entrado en accion; pero particularmente lo son el subteniente del tercio de Figueras D. José Bassols y el sargento segundo Esteban Soler, quienes adelantándose á los demás, han llegado á sablazos, matando á algunos y quitando las charreteras al capitan, que despues ha muerto por no haberse querido rendir, como tambien el subteniente D. Antonio Trilla y el distinguido D. Manuel Vidal, quienes han demostrado una intrepidez sin igual. El número de los enemigos, según relacion de un sargento prisionero, era de 1500 hombres y una gran partida de caballería, mandados por el general Verdier, quien se ha escapado á uña de caballo, como también otro general cuyo nombre ignoro.

"Dios guarde á V. E. muchos años. Campamento de Por Sa Creu 6 de Septiembre de 1809.-- Excmo. Sr.-- Juan Claros.-- Excmo. Sr. D. Joaquin Blake".

Parte del coronel D. Blas de Fournás.

"Con motivo de haber oido ayer tarde un fuego seguido al pié de los montes de Port Sa Creu y hacia San Gregorio, habiendo V. S. dispuesto que saliese á la cabeza de dos mil hombres de esta guarnición, para hacer diversión al enemigo, lo executé á las 4 de la misma tarde. Pero habiendo ya cesado el fuego que se oia, V. S. juzgó seria sin objeto el hacer adelantar demasiado las tropas; y en consecuencia me ceñí á enviar dos guerrillas considerables para reconocer al enemigo hasta Santa Eugenia y Palau; y reforzándolas según convenía por los partes que se me daban, las sostuve con el cuerpo principal formado en batalla detrás del arroyo Guell y puente de Santa Eugenia, quedando formado á la cruz el cuerpo de reserva cuyo mando había confiado á mi segundo, el capitan de Borbon D. Luis de la Chesnaye. En dicho pueblo de Santa Eugenia entraron nuestras guerrillas á favor de los tiros acertados de la artillería de la plaza, rechazando de todos sus puestos avanzados á los enemigos, apesar de la numerosa caballería que nos presentaba. Cerrada la noche y V. S. habiendo mandado se retirasen las tropas, lo verificaron con el mayor orden, cubriendo nuestra retaguardia la caballería de San Narciso y las guerrillas, las que sostuvieron el fuego hasta los fosos de la ciudad. Hemos tenido solamente dos heridos; la pérdida del enemigo no habrá dejado de ser considerable, pues los comandantes de las guerrillas me han dado parte de haber visto siete de ellos tendidos muertos en el campo.

"Dios guarde á V. S. muchos años. Gerona 7 de Septiembre de 1809.-- Blas de Fournás.-- Sr. D. Mariano Alvarez".

Oficio de la Junta de Gerona al General Blake.

"Excmo. Sr.-- El día 1.º del que rige, entró felizmente en esta plaza el convoy enviado por V. E. y escoltado por la division de infantería y caballería, mandada por el Mariscal de Campo D. Jayme García Conde, la que despues de haber descansado dos días, partió la mañana del 4, dexando para el refuerzo de la plaza 2900 infantes.

"Al paso que queda esta Junta muy particularmente agradecida á V. E. por haberle dispensado el referido socorro, no puede menos que hacerle presente, que su utilidad temporal, y ceñida á determinados articulos, acaba por momentos. Había computado el Ministro de Hacienda que sufragaria para mantenerse la guarnición (aumentada de los 2900 hombres), ocho días, pero desde luego manifestaron la razon y la justicia que no podía ser excluído de su participación el vecindario, que con tanta generosidad había cedido la mayor parte de sus víveres para la subsistencia de la tropa, ni dexarsele en la cruel situacion de haber de perecer de hambre, especialmente no quedando tropa apostada en las inmediaciones de la plaza para mantener expedido el tránsito, con lo que se imposibilita el transporte de comestibles de otras poblaciones. De suerte que el apuro es tal, que en falta de otra menestra ha tenido que darse hoy la etapa en habas.

"Ni con el convoy, ni por otro conducto, ha entrado en esta plaza caudal alguno, en el crítico apuro en que tiene ya agotados todos los medios y recursos para juntarlo, que pudieron sugerirle su acendrada lealtad y patriotismo como lo reconoce el Ministro de hacienda en su oficio del día de ayer de que es copia la adjunta. En suma, queda Gerona en su mismo deplorable estado de sitio, con tres brechas abiertas, sin víveres, sin caudal y sin auxilio y aun en más inminente riesgo de ser víctima ó de el hambre é indigencia ó del furor de los enemigos.

"Se entrega nuevamente esta Junta á la proteccion de V. E. esperando, que penetrado de tan lastimosas verdades, se servirá volar con el exército de su mando á libertar inmediatamente esta importante plaza de las inponderables aflixiones que está sufriendo de quatro meses, con la mas heroica constancia, pues no puede ya sobrellevarlas por mas tiempo, y pasados dos ó tres días, proporcionarian el hambre y la necesidad á los enemigos de un triunfo, que no han podido conseguir con sus armas.

"Dios guarde á V. E. muchos años. Gerona 6 de Setiembre.-- La Junta de Gobierno de Gerona.-- Excmo. Sr. D. Joaquin Blake".

Oficio de la Junta de Gerona á su Comisionado en Sevilla.

"El 1.º de este mes entró en esta Plaza un convoy de 1360 cargas, con ellas mil quintales de harina, una pequeña porcion de vino, otra de aguardiente y algunos artículos más de poca consideracion; entró también un número suficiente de bueyes, y algunos carneros. Condujo este convoy el Mariscal de Campo el Sr. García Conde con su division de unos 4000 infantes y 460 caballos; su entrada fue feliz por que aunque halló algunos enemigos á una hora de distancia de la Ciudad, se retiraron muy luego despues de un pequeño escopeteo. De la Plaza salieron cosa de 1.000 hombres de infantería hasta el lugar de Santa Eugenia para recibirlos, y esta entrada dió un día pausible á la Ciudad.

"Se quedó en ella la division entera los días 2 y 3 y el 4 á la madrugada, dejando en la Plaza 2500 de infantería, salió el resto y toda la caballería para la Ermita de los Angeles, con lo que pudo salir tambien con toda seguridad el número expresado de los 1360 bagages.

"Todos los víveres que entraron los tomó el Ministro de la Real Hacienda para el abasto de la guarnición, y como la Ciudad se hallaba tan exausta, á causa de haberse sacado de los particulares el tocino, vino y demas que tenían para la manutencion de sus propias familias, quedan éstas en la mayor miseria, no habiendo logrado de la Provision por ahora más que unos cien quintales de harina, y no tendrán de que subsistir, si muy en breve no se procura levantar el sitio; lo demas que ha ocurrido desde el 31 del pasado hasta el día de hoy, lo hallará V. en los diarios que se acompañan.

"Esta Junta nada sabe de las ideas y disposiciones del Excmo. Sr. Don Joaquin Blake; creía que el dos ó el tres daría el ataque general para hacer levantar el sitio y poner en plena libertad á esta Plaza; estamos en el 6 y nada se trasluce, de que se sigue que el Pueblo está en el mayor desconsuelo, viéndose por una parte con dos brechas abiertas y por otra sin pan sus vecinos, y como no ha venido ni un maravedís con el convoy, acaba el Ministro de Hacienda de pasar un oficio á esta Junta, manifestando que no sabe como hacerse para mantener la guarnición, pues solo puede darle pan y tampoco tiene para poderle dar un maravedís; nunca se ha visto en mayores apuros; se le han aumentado 2500 plazas y solo le ha venido harina para poder dar pan algunos dias, sin poder recurrir á los Pueblos inmediatos, por que se halla ya otra vez del todo cerrada la comunicación; se tendrá una Junta muy formal en la que se discurriran los medios que puedan adoptarse en ocasión tan apurada, pero como todo esta tan apurado es muy difícil el remedio.

"Sírvase V. hacerlo presente al Excmo. Sr. Marqués de Villel y á la Suprema Junta para que enterada de nuestro desgraciado estado, vea como van verificándose las resultas que tiempo há ha tenido y tiene insinuado en sus oficios anteriores.

"Dios guarde á V. muchos años. Gerona 6 de Setiembre de 1809.-- Señor D. Narciso de Camps y de Font".


Notas

(1) - Era Jefe de día. Tornar al text


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Estats majors de plaça. Oficial agregat als estats majors de places. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Estats majors de plaça. Ajudant de plaça. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Estats majors de plaça. Mestre major d'obres. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Estats majors de places i invàlids. Invàlid. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Cos de cirurgia militar i capellans castrenses. Cirurgià de l'exèrcit. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Cossos locals de seguretat pública i repressió del contraband. Rondes volants de Catalunya. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Cossos locals de seguretat pública i repressió del contraband. Mosso de les Esquadres de Valls. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Cossos locals de seguretat pública i repressió del contraband. Escopeter d'Andalusia. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Cossos locals de seguretat pública i repressió del contraband. Miquelets de València. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Cossos locals de seguretat pública i repressió del contraband. Minyons d'Aragó. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Cos de cirurgia militar. Metge d'hospital. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.


Bibliografia.

Extret de "Reseña histórica de los Sitios de Gerona en 1808 y 1809". Emilio Grahit y Papéll, Imprenta y libreria de Paciano Torres, Gerona. 1894.