Día 19 de setiembre de 1809 (4ª parte).

En el Diario de Gerona del día siguiente, se leía:

"Viva Fernando VII. Viva Gerona.

"Los señores franceses se han empeñado en colmar de gloria á esta valerosa ciudad; ya tiene sobrada experiencia para estar persuadidos que tantos son los triunfos de esta plaza, cuantos son los ataques: aunque si hemos de pensar con imparcialidad se veia comrpometido el gran Verdier y casi precisado á asaltar la plaza; por que ¿qué cargo no hubiera recibido del gran señor, si estando al frente de una plaza, cuyos muros arruinados por la parte de Monjuich, le presentaban tres espaciosas puertas en otras tantas anchurosas brechas practicables, se hubiera retirado sin hacernos una completa visita? Napoleon no es hombre que sabe combinar el respeto que merece la humanidad, con el logro de sus intentos: Vd. ataque y poco me importa que las madres italianas, wesfalienses y aun francesas lloren la desgraciada muerte de sus hijos. Tal es el lenguaje del azote de la Europa, tal el despotismo del más alambicado tirano. Verdier que conoce muy bien este carácter de su amo, luchando allá en sus adentros entre la necesidad y el peligro, no pudiendo olvidar los descalabros que le cuesta la tenacidad de Napoleon, considerando tambien que si la posesion de un brazo le ha costado tantas sangrias, la del cuerpo dará con el en tierra, se resuelve sin embargo á la buena ventura, en la memorable para siempre tarde del 19 de septiembre.

"Despues de un espantoso cañoneo y bombardeo, con que intentaba sin duda disponer los ánimos gerundenses al atolondramiento (que locura) y allanar más las dificultades de la entrada, hizo desfilar sus tropas en tres columnas de esta forma: 2.500 por un camino cubierto formado de antemano, desde más arriba del nuevo cementerio, hasta el lugar de San Daniel: otros 2000 hombres baxaron por otro rumbo de la cordillera de los Angeles y San Miguel; una columna de unos 1.000 hombres vino por el camino de Monjuich y fue la que atacó la brecha de Santa Lucía dos veces, siendo rechazada otras tantas con considerable pérdida. Las otras dos unidas con la tropa que está alojada en San Daniel, avanzaron cubiertas del terreno, por el camino de San Daniel á la ciudad, y está debajo de los fuertes y atacaron vivamente las dos brechas del cuartel de Alemanes y puerta de San Cristobal. Se destacó un buen cuerpo de las dos últimas, el que atravesó por las casas de la torre Gironella y se colocó en una hondonada que hay más arriba, entre el fuerte del Cabildo y la cortina de la Ciudad; allí molestaba ó más bien divertia sin duda las guarniciones de dicho fuerte y del de Condestable, impidiendo asi el que con sus salidas, hiriesen por el flanco á los que asaltaban. Otro buen número de gente intentó asaltar el fuerte del Calvario, trayendo para el efecto, hachas, picos y escalas.

"Las columnas se hallaron en las tres brechas despues de las cuatro de la misma tarde; pero entonces ya la generala había corrido la ciudad, ya el impotente eco de la campana se dexaba oir por todas partes, ya la disciplinada y aguerrida guarnicion, Cruzada y vecindario estaban colocados en sus puestos. Los oficiales franceses que con arrojo guiaron á tantos infelices, pagaron á buen precio su atrevimiento. El ataque en los tres puntos fue desesperado, pero particularmente en la brecha de los Alemanes, en cuyo cuartel entraron en el primer impetu. Tres veces fueron rechazados y viendo que sus conatos eran inútiles, abandonaron la empresa, dexando en aquellos gloriosos lugares, un testimonio del valor de los defensores y de la barbaridad francesa.

"Jamas se apartó la serenidad del lado de nuestros invictos defensores dignos de ser admirados de toda la Europa, jamas hubo momento en que titubease la heroica constancia de nuestros soldados; manejados por valientes y diestros oficiales, peleaban con intrepidez y bizarria; aunque en tales y tan terribles lances es muy comun la confusion, se observaba un orden y método capaz de imponer al enemigo más arrojado. Así es que las brechas, cuestas y honduras han quedado bien guarnecidas con la matanza gabachina: una guerrilla que al tiempo de la última retirada del enemigo salió oportunamente de los castillos, hizo un estrago en los orgullosos esclavos del déspota, que cerca del anochecer desistieron bien escarmentados de tener tratos con Gerona.

"No, no os canseis, señores calculistas; este comercio que os consume tantos meses, lexos de produciros ganancias, os dexará á la cuarta pregunta, si acaso no os quedais de guarnicion perpetua en esta plaza. Con que, Verdier ¿en que quedamos? Echaras otro cuarto á espadas ó te cansarás ya de labrar laureles á Gerona? Consultalo con Saint-Cyr; entra en conferencia con Duhesme y nosotros esperaremos con las puertas abiertas el resultado de vuestra discusion; y para que te sirva de gobierno, sabe que estos habitantes te daran primero la vida que la plaza. Podreis mortificarla con el asedio y reducirla á la mayor escasez, pero no convertida á tu devocion.

"Cuando se nos pasen los partes, publicaremos el detalle de toda la accion. Entretanto, demos gracias á nuestro Generalisimo que vigoriza nuestra defensa, y la enhorabuena á nuestro imperturbable y valiente general Alvarez, alma de tan lucida y gloriosa guarnicion; bendigamos al Dios de las batallas y estemos preparados para dar al enemigo otro testimonio de nuestra constancia".

En el Diario de Gerona del 21 se leia: "Es muy singular y peregrino el silencio y quietud que vemos en el enemigo desde la accion del 19: solo se observan movimientos de columnas desde Sarriá á Salt y de Salt á Sarriá. Se lastima la humanidad teniendo la vista por la parte de las brechas atacadas: en la de Santa Lucía se descubre un coronel y tres oficiales; y dirijiéndola por los alrededores de Alemanes, Gironella, fuertes del Cabildo y Calvario, no se ven sinó montones de cadáveres… ¡O suerte infeliz! Por contentar las ambiciosas miras de un usurpador, se han de presentar al matadero cuatro mil wesfalienses, un regimiento de napolitanos y 700 franceses, según declaracion de dos desventurados que con sus clamores lograron de la moderacion española ser conducidos á nuestros hospitales ayer mañana, para recibir de la humanidad el posible alivio en sus mortales heridas! Esperamos con ansia el detalle que prometimos, para publicarlo".

En los Diarios de Gerona de los días 27 y 28 tomamos lo que sigue:

"En el día 20 de septiembre prometimos dar al público el detalle circunstanciado de la acción brillante del 19 cuando nos pasasen los partes: ahora podemos verificarlo y no queremos retardarle esta satisfaccion que con tanta justicia exije. Extractados los que recibió el Comandante General D. Mariano Alvarez, relativos al mismo día y combinadas las noticias que hasta aquí se han recibido, con lo que hemos presenciado, resulta lo siguiente:

"A pesar de que hacia más de un mes que estaban practicables las tres brechas de Santa Lucía, San Cristobal y Alemanes y que las ruinas eran espantosas en todas partes, de modo que apenas se sostenia una piedra en sus inmediaciones, poco satisfecho aun el enemigo, redobló sus fuegos dirigiéndolos á las mismas y acabando de destruir el cuartel y cuantos edificios habia en aquellos recintos: logró extender y allanar las brechas, acribillar los esqueletos de las casas, reduciéndolas á polvo, con todas las baterías de cañones, morteros y obuses, que continuamente oprimian el aire y con frecuencia tres ó cuatro bocas á la vez, particularmente los días y noches del 17, 18 y 19. No cesaba por eso la fusilería, que al abrigo de los parapetos de San Juan, incomodaba nuestra guarnicion; causando todos estos fuegos, estragos considerables en los muros y dentro de la ciudad; y formando un horroroso estruendo capaz de intimidar á cualquier pecho que no sea gerundense.

"Tales eran las operaciones del enemigo, al mismo tiempo que evolucionaba sin cesar, con varios movimientos sobre sus flancos y retaguardia, sin duda para asegurarse de las posiciones del exército auxiliador y averiguar su proximidad ó distancia, para obrar con la certeza de no poder ser flanqueado.

"El día 19 cargó la mayor parte de sus fuerzas en la montaña de Campdurá y Monjuich, por cuya localidad pudieron verificar su marcha sin ser vistos, hasta que en la tarde de dicho día, empezó á desfilar una columna de 2000 hombres por el camino entre Monjuich y la torre de San Daniel, otra igual se desprendia de San Miguel y otra de casi la misma fuerza por el camino regular de Monjuich, observándose al mismo tiempo en los bosques de Palau, algun movimiento de tropas.

"En el momento que dicho Sr. Comandante General tuvo aviso de la torre de la Catedral y á la vez de los demás puntos, de que los enemigos avanzaban á paso acelerado por distintos rumbos á las tres brechas, puerta de Francia, fuertes del Calvario y Cabildo, dio, con la serenidad que le es tan propia, disposiciones tan activas y prontas, que sin embargo de que el enemigo pensaba, con su intrepidez y estudiada marcha, sorprender nuestra guarnicion, lo quedó el, sin duda, cuando vió todos los puntos coronados en un momento. Creyó sin duda el enemigo que las cortísimas distancias que nos dividen, no darian lugar á preparativos, ó que nuestras fuerzas y actividad se habrian debilitado por la suma escasez de subsistencias en que se halla esta plaza; pero á pesar suyo quedaron bien persuadidos de que nuestro espiritu y patriotismo es el mismo que en los primeros días de este sitio eterno. Efectivamente, como ha tanto tiempo que luchamos tan cerca con un enemigo astuto y cruel, cuyos proximos designios estaban sobradamente indicados, no solo la guarnicion, sinó todo el vecindario estaba en continua atencion y alarma, para acudir á toda hora á donde la voz de su inapreciable gefe le llamase. Óyese la generala á las cuatro de la tarde, óyese el alarmante sonido de la campana de somaten, se reciben las órdenes del general y con una disciplina y celeridad capaces de imponer al mismo Napoleon, caminan á sus destinos á saber: el Regimiento de Ultonia mandado por su comandante el coronel graduado D. Guillermo Nash á reforzar la brecha y cuartel de Alemanes, con parte del regimiento de Baza al mando de su teniente coronel D. Miguel de Haro coronel graduado, distribuyendo ambos mutuamente sus fuerzas para obrar alternativamente con la reserva colocada en la plaza de dicho cuartel, compuesta de parte del de Borbon al mando de su coronel D. Joseph de la Iglesia, 50 hombres de cada uno de los demas cuerpos de la guarnicion, y la compañía de reserva del general; la guardia del Comandante General que es del Regimiento de Ultonia y todas las ordenanzas de los cuerpos, á la brecha de Santa Lucía, reforzado tambien este puesto con tropa del Regimiento de Borbon, Baza, segundo de Barcelona, primer tercio de Gerona, Vich y algun numero de los demas cuerpos, con la correspondiente reserva apostada cerca la puerta de San Pedro: á la brecha de San Cristobal parte del segundo tercio de Vich y segundo de Talarn, reforzados ambos por el segundo de Barcelona, compañía de granaderos de Hiberia, primer tercio de Gerona y la compañía de cruzada de eclesiásticos: á Sarracinas, tropa del primer tercio de Talarn que componia su guardia y la de otros cuerpos que estaban de reserva en las inmediaciones: en la puerta de Francia, parte del Regimiento de Baza formaba su guardia. La restante guarnicion, con las compañías de Regulares, las de Cruzada, y todo el vecindario, defendia los baluartes y murallas de la Ciudad. Igualmente la ilustre Junta Corregimental quedaba congregada en su puesto acostumbrado, para atender á las circunstancias y prestar los auxilios que fuesen necesarios. La compañía de Santa Bárbara de señoras mugeres se distribuyó en los puntos más apropósito para suministrar cuanto conviene á su instituto; y se convidó por bando á las que voluntariamente quisieran emplearse en tan caritativa tarea.

"La columna enemiga que llegó por el pié de la torre Gironella emprendió arrojadamente y con repetidos Avancez, la entrada en las anchurosas brechas de Alemanes y San Cristobal y aprovechándose de los primeros momentos, llegaron algunos hasta las estancias inmediatas; llega una partida de los valientes de Ultonia y dando el premio que correspondia á los atrevidos, se planta en la brecha, tendiendo antes al oficial frances, que con ademanes y gritos, convidaba á sus tropas á la victoria. Oportunamente llegó una esforzada partida de Borbon y posteriormente los refuerzos que nuestro general enviaba, los que guiados por el acreditado militar D. Blas de Fournas, encargado de aquel puesto, no solo lo sostuvieron con valor increible, sinó que rechazaron á los irresistibles, ó por mejor decir arrebataron su existencia en su mayor parte. Volvió otra columna reforzada de wesfalienses, pero al chocar con un muro tan firme, aunque de carne, llenos de espanto retrocedieron los que se hallaban con vida. Tercera y cuarta vez repitieron el ataque con un furor frenético, pero todo su empeño no tuvo otro efecto que el de engrandecer las glorias de Gerona.

"Nadie mejor que el referido D. Blas de Founas, coronel graduado y comandante de la cuarta Division de migueletes explicará una defensa que tanto honor hace á la España. Su parte al Comandante General de la Vanguardia, es como sigue: (Se transcribe el parte).

"Al mismo tiempo que esto pasaba en las brechas de Alemanes y San Cristobal, la columna que baxó por el camino de Monjuich, se avanzó á la brecha de Santa Lucía que mandaba D. Rodulfo Marshal, coronel agregado al Regimiento de Ultonia. El enemigo haciendo un vivísimo fuego, intentó introducirse por ella dos veces, siendo rechazado otras tantas y con mucha pérdida, por la intrepidez de nuestros soldados. El furor con que acometió fue terrible, pero apesar de su desesperacion, no pudo balancear la constancia de nuestros campeones, los que sin dar lugar á la confusion muy comun en lances tan terribles, contenían el ímpetu del enemigo. Un coronel que tuvo la osadia de ponerse en la cresta de la brecha, pagó en breve su atrevimiento. El subteniente de Borbon D. Manuel Clercy, que mandaba el parapeto de la brecha con nueve granaderos de su cuerpo y otros tantos soldados del primer tercio de Vich, los desalojó desde luego de toda la muralla, con el orden y serenidad que le es natural. El capitán del primer tercio de Vich D. Antonio Codina que guardaba el obus y fue herido y la tropa restante colocada en la torre de la iglesia, en donde lo fue gravemente el referido D. Rodulfo Marshal, ventanas y aspilleras del edificio, haciendo un fuego incesante, auxiliaba á los defensores más próximos á la brecha.

"El fuerte del Calvario fue igualmente atacado por una columna de 200 á 300 hombres que se arrojó hasta el pie de las tres brechas que tiene; el ardor con que fueron recibidos fue tal, que huyeron escarmentados al momento, llevándose muchos heridos y abandonando las escalas y herramientas con que intentaban asaltarlo.

"El teniente del segundo de Barcelona D. José Camps que mandaba la guerrilla destinada á sostener el punto de la torre Gironella, la que se componia de 34 hombres, sin haberse podido reunir la fuerza restante por tener que aprovechar los momentos que eran preciosos: salió por la puerta del Socorro y desalojó desde luego del fuerte del Cabildo al enemigo. Flanqueando entonces la izquierda y precaviéndose de ser cortado por la derecha, bajó impetuosamente á las casas vecinas á dicha torre: 40 enemigos empezaban á formar un parapeto en el camino que de dichas casas conduce al Condestable y otros muchos estaban ya alojados en las mismas. El ardor con que envistió la tropa hizo parar la formación y defensa del parapeto, costó la vida á los unos y ahuyentó á los demás.

"Desembarazado dicho punto, convirtió el fuego la guerrilla contra los que asaltaban la brecha de Alemanes: apiñado el enemigo y guarnecido de las paredes de la torre, no podia ser incomodado; los de la brecha en numero de 300 huian ya escarmentados, cuando se descubrió un cuerpo de reserva, igual al que desistia del asalto de Alemanes, escondido junto á la frente del Calvario, que seguia el mismo exemplo. No bastando los tiros y bayonetas, acompañaban las piedras nuestros soldados para herir á los que llevaban consigo la consternación y el desaliento. El comandante de la guerrilla procuraba con sus maniobras aparentar más gente que la que tenia.

"La pérdida que esta valiente guerrilla causó al enemigo pasa de 80 muertos y muchos heridos; entre los primeros hay un capitan, muerto á manos del sargento primero del Regimiento de Ultonia, Juan Negrini, y cuya espada entregó á dicho comandante, y tres subalternos. Se recogieron 51 fusiles, dos escalas, seis picos, cuatro hachas y una caxa completa de un tambor.

"El enemigo colocó ademas en la falda del monte de Palau, un cañón y un obus, para proteger el fuego de una guerrilla de 12 hombres que apostados en un parage dominante, intentó incomodar el baluarte de la Merced, pero ni su fuego, ni el de dichas bocas que se extendia por aquel frente de la ciudad hizo el menor efecto. A poco tiempo hubo de desamparar el punto dicha guerrilla, con pérdida de un muerto y dos heridos.

"Todas las brechas dexaron llenas de cadáveres y despojos, como igualmente los senderos del Cabildo, Calvario y subida de Monjuich. Tal fue la cólera con que nuestra memorable guarnicion despedia de si tantas muertes como golpes. La rabia y horror con que miraba cerca de si á los viles esclavos del usurpador, no les permitia hacer siempre uso del fusil. Los membrudos y esforzados brazos de nuestros militares y paisanos, arrojaban sobre sus cabezas las piedras que habia sueltas en la misma brecha. La fusilería del campanario, la de la iglesia de San Pedro, fuegos de Sarracinas, baterias de la catedral, plaza y fuertes, hicieron tambien un considerable daño. Así es que sus numerosas columnas iban en su precipitada fuga tan estropeadas y minoradas que eran desconocidas aun de los que no separaban la vista de ellas. Tres coroneles (1) y muchos oficiales muertos á los pies de nuestros invencibles, tendidos otros en las faldas, barrancos y encrucijadas, denotaban bien el precio á que compraron su vana tentativa: y según la combinacion de muchos desertores y prisioneros con otros datos, son 800 los muertos que tuvieron con una multitud de heridos.

"Cuando el Comandante General hubo ordenado la defensa en todas sus partes, hasta la de prevenir las parrillas de iluminacion para el caso en que los enemigos continuasen sus ataques durante la noche, voló guiado de su valor y actividad, á dar á nuestros dignos defensores un nuevo espíritu con su presencia. Pasó desde luego á la brecha atacada de Santa Lucía, de allí á Sarracinas cuyo puesto flanqueaba las brechas de San Cristobal y Alemanes, á donde acudió con presteza como al teatro del honor, por la mayor tenacidad que manifestaba el enemigo: llegó en lo más recio de la refriega, y ved á nuestros heroes olvidar sus fatigas y disputarse entre si el mayor peligro, viendo á su lado á un jefe que desconoce los riesgos, lleno de honor y patriotismo, que con su sabia prevision precavia todos los accidentes y que sin descuidar los demas puntos que donde daba las órdenes por medio de sus ayudantes según lo exigian las ocurrencias, observaba á todos y á cada uno de ellos. Arrebatado de su celo nuestro general en medio de los peligros, no costó poco trabajo á los oficiales, soldados y paisanos hacerle separar de los puestos en que le consideraban en inminente riesgo. Retirose por fin despues de haber aplaudido la energia de la oficialidad y valor de los soldados; dio las gracias á los gefes de los cuerpos en particular, á las compañías de Cruzada y reserva y á la de Santa Bárbara, que visitaba las brechas, llevaba los refrescon que proporcionaba la caridad de los vecinos y acompañaba á los heridos á los hospitales.

"Las hazañas que se obraron en aquel memorable día no pueden conocerse. No se llamaban tales por que su frecuencia y repeticion les quitó el nombre. Todos á cada paso acometian á los enemigos con el más vivo denuedo, sin ningun reparo que los cubriese. Sedientos de la sangre francesa nuestros soldados no daban segundo golpe. Encarnizábanse al ver la tenacidad francesa y desalados se arrojaban á castigarla. Humillado el enemigo, adelantaba solo á fuerza de los sablazos de sus oficiales, los que se confundieron con ellos en el desorden de la fuga y se volvieron despechados á dar un parte muy ageno de su orgullo al general Verdier.

"Que cuadro tan grandioso y peregrino, era ver batallar á estos guerreros alimentados con un rancho de trigo ó habas, sin más condimento que un poco de aceite ó una onza de tocino, y aun esto debido á la incomparable generosidad de este vecindario que se ha privado de su mismo alimento en favor del soldado! Sin pan, sin vino para sobrellevar su peligroso servicio! Envueltos en una cadena interminable de riesgos y abandonados á una suerte desastrosa! Esta es la ocasión en que á manos llenas debe repartir la patria sus gracias y premios, para enjugar las desolacion de tantos infelices que han sacrificado su existencia por la de esta tierna madre. Ahora ha de patentizarse á la Nacion que no son infructuosos los esfuerzos que se hacen por su gloria y salvacion. Pero dexemos á un gobierno sabio é ilustrado, que discierna y pese en su justa balanza los sucesos y hazañas para darles el merito proporcionado á su naturaleza.

"El estado que acompaña manifiesta la pérdida que hubo por nuestra parte en aquella tarde digna de eternizarse en los corazones españoles y de grabarse en bronce.

"Para oprobio de la nacion francesa debe publicarse la humanidad española patentizada en tantas ocasiones y particularmente en la noche que siguió al último asalto de esta plaza. El subteniente D. Antonio Bibern y el teniente D. Joseph Camps, unidos en sus guerrillas recorrieron las brechas por fuera y los campos inmediatos: horrorizáronse con la vista de tanto cadáver; entre estos, dieron con un infeliz herido enteramente desnudo, á quien habia despojado un miguelete por creele muerto, como lo habia fingido el herido para evitar que lo matasen los suyos ó los nuestros: los suyos, dixo, por que en tales lances acaban de matar al que no pueden llevar consigo; los nuestros, por que los oficiales les persuaden que los migueletes y paisanos á nadie dan cuartel. Hallábase presente el que le habia despojado y sacando el vestido, lo vistió por si mismo y corrió á traerle agua, para apagarle la sed que manifestaba, encargándose de su cuidado hasta que llegase el día. Fueron asi recogiendo los demas heridos y á la mañana los conduxeron al hospital. Igualmente fueron á conducir á un capitan que estaba herido al pie de una brecha, pero al volver por él lo encontraron muerto".

Estas reseñas fueron publicadas también en la Gaceta del Gobierno, la cual en su número correspondiente al día 28 de octubre, insertó lo siguiente:

"No hay objeto de mayor interés para España, ni de más eminente admiracion para la Europa entera, que la defensa de Gerona. Su nombre tiene asegurada ya la inmortalidad en los anales de la gloria; y ningun hombre sensible, ningun buen patriota puede mirar con ojos enjutos la suerte y los sufrimientos de aquellos esclarecidos defensores. En ellos tenemos el verdarero modelo para servir á la patria: en los muros de Gerona está uno de los más fuertes antemurales de nuestra libertad.

"Se ha dado una noticia extensa de lo acaecido en aquel memorable día 19 de setiembre en que ante los pechos de bronce de los heroes de aquella plaza vino á estrellarse toda la furia francesa, que con insolente orgullo quiso asaltarla, segura, á su parecer del triumfo: resta ahora dar el estado (2) que manifiesta los muertos, heridos y contusos que tuvieron los cuerpos de la guarnición de Gerona en aquellos asaltos. Es el siguiente:".

Del Diario de Gerona del 23 tomamos lo que sigue:

"Don Rodulfo Marshal Coronel graduado y agregado al regimiento de Ultonia, que mandaba la brecha de Santa Lucía en la tarde del 19, recibió allí una herida mortal de que murió la noche siguiente. Este distinguido patriota que abandonó su numerosa familia y cuantioso patrimonio, guiado de su entusiasmo de militar baxo las banderas españolas á sus propias expensas en esta guerra tan incesante, fue destinado á esta plaza á solicitud suya, por tener parte, decia el, en las glorias de Gerona, y agregado al regimiento de Ultonia. Aquí se le confirió el grado de Coronel, y después de haber desempeñado varias é interesantes comisiones á satisfaccion del Comandante General de la Vanguardia, le encargó este Señor el baluarte y plaza de San Pedro y muralla de Santa Lucía, cuya brecha defendió en dicha tarde con la serenidad y patriotismo que le caracterizaban. Allí derramó gloriosamente su sangre y poco después dio su vida por la defensa de la Patria. Suplico á V., decia en sus ultimos alientos al consultor de cirujia D. Juan Nieto Samaniego, suplico á V. sea intérprete de mis ultimos sentimientos con nuestro General D. Mariano Alvarez, diciéndole que yo le felicito, y doy la más cordial enhorabuena por la grande victoria que acaba de alcanzar… Que por lo que á mi toca muero contento, pues he sido herido en mi puesto, sosteniendo la gran causa que defendemos, y que estando á los umbrales de la muerte me consuela mucho haber podido contribuir á la gloria de esta gran jornada obedeciendo sus órdenes. Padre, decia al ministro que le asistia, Fr. Francisco Moga Capellan del mismo regimiento, yo muero gustoso por la España. Encargó en su testamento que su cuerpo fuese embalsamado y dirigido á su patria de Irlanda, en testimonio de haber cumplido sus sagrados deberes dando su último aliento en el día grande de Gerona. Según el parte del referido Capellan s muerte ha sido edificante y religiosa".

Del Diario de Gerona del 25 es el siguiente suelto:

"Para público testimonio del patriotismo de las señoras mugeres de Gerona quiere el Comandante General de la Vanguardia que se nombren en este Periódico las 4 que se distinguieron en la tarde del 19 en el transporte de cartuchos, en socorrer con agua y aguardiente á la tropa en el quartel de Alemanes, tarde y noche, y en recoger vino generoso de las casas particulares presentàndolo á S. S. con el mismo objeto, y son: Teresa Balaguer, viuda del difunto Francisco Balaguer correo que fue de la Ilustre Junta y muerto por los enemigos, Isabel Pi, soltera, naturales ambas de Bagur, Esperanza Llorens de Cadaques y Maria Plajas de Calonge".

Del Diario de Gerona del 1.º de Octubre es la siguiente:

"Nota.-- En la relación del asalto del 19 inserta en los números 270 y 271, se olvidó decir, que el Muy Ilustre Ayuntamiento estuvo igualmente congregado durante la accion, y dando disposiciones para el alumbrado de la noche siguiente por medio de las parrillas que ya se insinuaron. Que el Comandante general de la vanguardia fue perennemente acompañado en todos los puntos que recorrió aquella tarde, del Brigadier D. Julian de Bolivar Teniente de Rey de esta Plaza, del Mayor General de la Vanguardia el Coronel graduado, teniente coronel del Regimiento de Ultonia D. Joaquin O-Relly, y demas del estado Mayor, como también del de la plaza. Y que el Coronel D. Ramon Iriarte Sargento Mayor de la Plaza de San Fernando que entonces estaba de Gefe de día, fue herido y contuso en la brecha de San Cristobal, y á pesar de esto pidió á dicho General le permitiese continuar en su servicio".


Notas

(1) - Es digno de notarse que uno de estos, llamado Forestí, era el mismo que en Barcelona subió á posesionarse del castillo de Monjuich, de quien era gobernador nuestro valeroso y patriota Don Mariano Alvarez, el qual habia proyectado antes de abrir la puerta volar el puesto en que se hallaba con su tropa dicho oficial; entonces se libró de las manos del fidelísimo Alvarez; estaba reservado para aumentar las glorias de este verdadero español el que cubriese aquel infeliz con su cadáver una brecha de la invicta Gerona. (Nota del mismo Diario). Tornar al text

(2) - Este estado es solo un estracto. Tornar al text


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Reial Cos d'Artilleria. Subtinent d'Artilleria. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Reial Cos d'Artilleria. Conductor d'artilleria. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Reial Cos d'Artilleria. Conductor d'artilleria. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Reial Cos d'Enginyers. Minador de primera. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Reial Cos d'Enginyers. Sergent segon del regiment de sapadors-minadors. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Reial Cos d'Enginyers. Capità del regiment de sapadors-minadors. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Reial Cos d'Enginyers. Sapador amb uniforme de treball amb capot. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Companyies fixes. Llances de Ceuta. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Milicies urbanes. Subtinent de les companyies de La Corunya. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.



Companyies fixes i Milicies urbanes. Fuseller de les companyies fixes dels presidis menors. Dibuix de Fèlix Xunclà. Basat en "Uniformes Militares Españoles. El Ejército y la Armada en 1808", de José Maria Bueno, Málaga, 1982.


Bibliografia.

Extret de "Reseña histórica de los Sitios de Gerona en 1808 y 1809". Emilio Grahit y Papéll, Imprenta y libreria de Paciano Torres, Gerona. 1894.