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Fires de Sant Narcís de l'any 1950

Ultimos momentos de Alvarez

De un formidable castillo
En cárcel inmunda, oscura.
Más que encierro sepultura,
Hállase invicto caudillo;
En sus pupilas sin brillo
Se trasparenta el sufrir,
Y de su amargo vivir
Las tristes horas contando,
Pasa las noches velando
Y los días sin dormir.

Del tiempo que transcurrió,
Agólpanse a su memoria
Los hechos de inmortal gloria
Que su entereza inspiró:
Las luchas que presenció
Inflaman su heroico ardor,
Y, con bélico clamor,
En su delirio guerrero
Grita -¡Guerra al extrangero!-
Con acento atronador.

Su atrevida exaltación
A sus verdugos aterra;
Es grito de santa guerra
Que les hiela el corazón;
Es el rugir del leon
Que en toda España retumba;
Es el mismo eco que zumba
Por las montañas y breñas,
Y abre en llanuras y peñas,
A cada paso una tumba.

Tiemblan de miedo aturdidos
Sus guardas desalentados,
Y los nervudos soldados
Se agitan despavoridos
Más, luego desvanecidos
Al ver sus vanos temores,
Extremando sus rigores
Contra el indefenso preso,
Le hacen sentir el exceso
De sus indignos furores.

Fotografia del programa: "Emocionante y trágico espectáculo el del momento de presentar al pueblo de Figueras, el cadáver del Mártir de la Guerra de la Independencia, el General Don Mariano Álvarez de Castro, muerto misteriosamente -envenenado según la tradición- el día 22 de Enero de 1810, en el Castillo de San Fernando de Figueras. Cuadro de T. Muñoz Lucena

Enfermo y atropellado,
Afronta Álvarez su suerte,
Luchando ya con la muerte
Su corazón lacerado;
Constantes mira á su lado,
Cual si fuera un malhechor,
Verdugos que, sin honor,
Le atormentan noche y día,
Y no encuentra en su agonía
Ni un consuelo á su dolor.

El recuerdo de Gerona
Que gime ya entre cadenas,
Acrecienta más sus penas
Y exclama -¡Noble matrona;
Yo te ceñí una corona
De inmarcesible laurel;
Hoy mi dolor más cruel
Es el llorarte cautiva,
Y esto será, mientras viva,
Mi amargo cáliz de hiel!-

Y se revuelve y exalta
En su impotencia menguada;
Y en su delirio, una espada
Busca que en su mano falta;
La turba se sobresalta
Al ver su indómito ardor;
Cual si oyera el vengador
Grito de sangrienta guerra,
Con que en la española tierra
Se responde al invasor.

El ángel de la afliccion
Que los destinos preside,
Del mártir el fin decide,
Víctima de la ambición:
A su heroico corazón

Siente que llama la muerte,
Y antes de caer inerte
Grita -¡Gerona querida:
Sólo siento el dar la vida
Por que ya no podré verte!-

Y cae exánime al suelo
Aquel atleta gigante,
Mientras su alma triunfante
Se eleva gloriosa al Cielo;
La noche tiende su velo
Para cubrir los despojos,
Que sobre estiércol y abrojos
Desnudos yacen; en tanto
Que nadie vierte allí llanto
Ni cierra al mártir los ojos.

Su trágico fin temprano,
Cual vívido rayo ardiente,
Se difunde prontamente
Por todo el confín hispano.
Ruge de rábia el tirano.
Llora al invicto varon
La consternada nacion
Al saber nueva tan triste,
Y en Gerona, luto viste
Todo hidalgo corazón.

Hoy la patria agradecida,
Para honrar la infausta muerte
Del invicto varon fuerte,
Cuyos hechos nunca olvida;
De noble entusiasmo henchida,
Para coronar su historia,
A su preclara memoria
Un monumento levanta,
Digno de grandeza tanta
Y de tan inmortal gloria.

2 de Mayo de 1880. Narciso Viñas y Serra.


Programes de la col·lecció Bruguera-Gudayol de Girona. Somnis Antic

Portada del programa

El general Àlvarez de Castro (CL aniversario de los Sitios de la inmortal Gerona. Breve reseña histórica).

Monument a Àlvarez de Castro, dins la Capella de Sant Narcís, a l'església de Sant Feliu.


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