Día 26 de setiembre de 1809 (2ª parte).

Los sucesos de este día, los esplica Saint-Cyr del siguiente modo:

“El 26, la primera columna española llegó antes del día sobre las espaldas de las tropas de Mazuchelli, atacó enseguida al batallón del sétimo regimiento situado junto á Castellar de la Selva y enseguida al sexto regimiento italiano emplazado frente del Condestable. Este regimiento, así como el batallon citado, despues de haber opuesto solamente la resistencia convenida, cambió de frente, el ala derecha hacia atrás y se replegó un poco. Los seis batallones de vanguardia, mandados por el brigadier D. Enrique O.Donell, atravesaron los campamentos de estas tropas, incendiaron las barracas, y continuaron su marcha hacia la ciudad, donde ellos contaban entrar con el convoy que cubrian sin encontrar ningun obstáculo; más ellos se vieron obligados, pocos instantes despues, á pararse en los fuertes Condestable y Reina Ana, para sustraerse del ataque del ayudante comandante Devaux, quien, con el 4.º batallon del 67º regimiento de infantería, bajo la orden del general en jefe, habia tomado la columna por su flanco izquierdo, arrollado y completamente estrechado á los voluntarios de Tarragona, que formaban su retaguardia que juntaba la cabeza del convoy en el momento en que el último pelotón de la vanguardia y las primeras acémilas llegaban sobre el fuerte Condestable.

“El general Mazuchelli sostuvo con el primer regimiento de infantería ligera italiana, el ataque del 67º. Estuvo sostenido, á su vez, por los tres batallones y el escuadron procedentementes [sic] de la Bisbal, que Fontane habia conducido de Salt, donde ellos se hallaban hacia algunos días.

“El sexto regimiento italiano y el batallón del 7.º, que, según sus instrucciones estaban replegados en la direccion de San Miguel, despues de haber defendido el terreno el tiempo bastante para que el ayudante comandante Devaux pudiese juntar las tropas de O.Donell, volvieron enseguida á la carga con tanta intrepidez, sobre el flanco derecho de la columna, que este ataque, junto con el de Mazuchelli, efectuado en el mismo momento sobre la cabeza del convoy, le obligó á retroceder rápidamente; pero este movimiento no continuó. Se oyó bien presto el fuego del general Pino, quien siguiendo las disposiciones ordenadas á la vispera, atacó las tropas que cubrían la cola.

“La confusión se estendió entonces en la division Wimphem, y tardó poco en comunicarse al resto del ejército español, ventajosamente colocado para protegerle.

“Los gritos de ¡Viva Fernando! viva la inmortal Gerona! proferidos por las tropas de la vanguardia al entrar en los fuertes, en señal de la victoria que ellas creian haber alcanzado, no se oyeron mas; un profundo silencio sucedió á la expresion de una especie de frenesí (1); ellas vieron desde los fuertes, donde habian hallado un refugio, la destruccion del convoy confiado á su guarda, y esto, bajo la metralla de sus baterías. El gobernador de Gerona, bien interesado en su conservacion, y reforzado entonces con los 3.000 hombres (2) de O.Donell no se atrevió á salir de los muros para defenderlo.

“El grueso del ejército español estuvo parado en reserva en las alturas de San Sadurní cerca Santa Pelaya. Blake atacando en este momento á Pino, habria podido obtener una accion general que la superioridad de sus fuerzas parecia deberle resultar ventajosa; pero no se decidió á acometerla; prefirió conservar su posición, con la esperanza de que la division Wimphem y su convoy podrian reunírsele. Nuestras disposiciones se opusieron á la realizacion de estas esperanzas. El convoy y su escolta, cortados de esta reserva por el general Pino, y junto á Gerona por Mazuchelli y Fontane; cojidos al mismo tiempo por la cabeza y la cola por estos generales y sobre el flanco derecho por el sexto regimiento, no pudieron contar con escaparse sinó por la izquierda, para salvarse á través de la llanura donde no descubrian enemigos: mas este movimiento habia sido previsto, vinieron á caer, descendiendo de las alturas de Palol, sobre las bayonetas de una parte de la division Souham, emboscada en el valle del Oñar, entre Fornells y Palau, con el segundo regimiento italiano de cazadores; la otra parte de esta division, desde el comienzo de la accion, que no habia dejado un minuto de incertidumbre acerca su éxito, habia sido dirijida por el general en jefe hacia Caldas y Vidreras, afin de molestar la izquierda del general Blake, y cortar su comunicación con la fortaleza de Hostalrich y obligarle á la retirada amenazando sus espaldas.

“Este convoy todo entero cayó en nuestras manos; el enemigo perdió más de tres mil hombres. Los italianos mostraban desde mucho tiempo un encarnizamiento extraordinario; en esta jornada se propasaron aun; no dieron cuartel á nadie. A la verdad, estaban conducidos á estos exesos en represalias de la carnicería tan cobarde cómo atroz de algunos convoyes de enfermos ó heridos caidos en manos del canónigo Rovira y otros jefes de guerrillas. Tan solo la division Souham hizo prisioneros; ella condujo cerca setecientos, entre los cuales habia cuarenta oficiales.

“El estado mayor del general Wimphem fue bastante afortunado con escaparnos; se cree que no fue sin fatiga, y sí formaba parte de un grupo de oficiales superiores que atravesó muy rápidamente la poblacion de Fornells, donde se hallaba establecido el cuartel general frances y que solo estaba ocupada en este momento por los administradores y los no combatientes.

“Marchose enseguida sobre la posicion del general Blake, quien advertido del movimiento hecho para envolver su izquierda, se retiró despues de haber visto, con sus propios ojos, la destruccion de una parte de sus tropas. Los habitantes de Gerona quedaron consternados con este desastre, que decidió su suerte de una manera irrevocable”.

Saint-Cyr, vuelve á hablar de la superioridad de Blake sobre su ejército, lo cual no es cierto, pues le era inferior en número, en organización y sobre todo en posiciones.

Trata también de esplicar la nefanda conducta de los italianos degollando á los rendidos, con los pretendidos atropellos de los convoyes de heridos y enfermos, achacados á Rovira, cuando éste atacaba en buena lid á las escoltas de los mismos; sin querer consignar los rasgos de humanidad de los defensores de Gerona para con los heridos enemigos que habian quedado al pié de las brechas el día 19.

Exagera la toma del convoy, y aumenta el número de prisioneros, pues las mismas gacetas francesas, que no pecaban en esto de cortas, solo consignaron que cojió Saint-Cyr 600 acémilas é hizo 500 prisioneros.

Saint-Cyr se esfuerza en presentar esta accion, como un resultado matemático de sus cálculos y precauciones, y de haber adivinado las intenciones y movimientos del enemigo, disponiendo una especie de celada en que cayeron el convoy entre las tropas de Mazuchelli y Pino, dándoles al efecto órdenes prévias y convenientes para que se moviesen bajo la base de un gran cálculo general.

Pero Saint-Cyr, aquí como otras muchas veces al ocuparse del sitio de Gerona, fantasea á su gusto y satisface su amor propio de habil.

Vacani, otro de los que escribieron, habiendo estado en las operaciones del campo sitiador, dice que al conocer Mazuchelli la desgracia del 7.º y 6.º de su brigada, reunió el primero ligero; y “con aquella feliz espontaneidad que tanta parte tuvo en el triunfo de la jornada” corrió desde la Crehueta al encuentro de O.Donell. Añade luego que Pino de igual manera, amenazado en Cassá de la Selva y celoso del honor del nombre italiano, después de dar parte al general en jefe, se adelantó con las tropas de Palombini.

De modo que la prevision de Saint-Cyr queda por los suelos, lo mismo que la supuesta adivinación de las intenciones de Blake. Si la resistencia del 7.º y 6.º hubiese sido la convenida, no hubiese sido calificada de desgracia, ni obligado á Mazzuchelli á recurrir á su feliz espontaneidad, reuniendo al primero ligero. Si los movimientos de Pino hubiesen sido convenidos desde la víspera, no se hubiera visto éste en el caso de avisar un movimiento ya concertado, ni de igual manera, esto es con aquella feliz espontaneidad


Notas

(1) - Estos gritos, no se daban al entrar en los fuertes, sinó estando en Puig-ventós y al descubrir las primeras tropas de Wimphen, para ver si se lograba la unión de las mismas á su vanguardia. Tornar al text

(2) - No eran más que 1.130. Tornar al text




Mariscal de Camp en uniforme de mitja gala per a passeig. Dibuix de Fèlix Xunclà, basat en "Uniformes Militares españoles. El Ejército y la Armada em 1808", de José Maria Bueno, 1982.



Brigadier en uniforme de diari i mitja gala. Dibuix de Fèlix Xunclà, basat en "Uniformes Militares españoles. El Ejército y la Armada em 1808", de José Maria Bueno, 1982.



Tinent General en uniforme de diari per a muntar. Dibuix de Fèlix Xunclà, basat en "Uniformes Militares españoles. El Ejército y la Armada em 1808", de José Maria Bueno, 1982.


Bibliografia.

Extret de "Reseña histórica de los Sitios de Gerona en 1808 y 1809". Emilio Grahit y Papéll, Imprenta y libreria de Paciano Torres, Gerona. 1894.


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